jueves, 11 de octubre de 2007

CINE - La historia de un amor (Le heros de la famillie), de Thierry Klifa: La fuerza del pasado

Cuando muere Gabriel/ Gabrielle, un conocido transformista que ha manejado en Niza y por más de 40 años el prestigioso cabaret El Loro Azul, Nicky –un mago donjuan con quien Gabriel compartió su casa por años- debe llamar a Marianne, su propia hija, para decirle que ha muerto su padrino. Pero cuando llama a Nino, su hijo gay, le dice que el que ha muerto es su madrina. Y este será el registro tan de comedia francesa en el que se moverá La historia de un amor, película de Thierry Klifa, que no dudará en internarse en la frondosa y oblicua genealogía de esta “familia” ante todo disfuncional. Es que Garbriel ha protegido con su ala no sólo a Nicky, sino también a Simone. Los tres han sido conocidos durante los ´70 por un show televisivo para chicos, y Gabriel se ha encargado de mantenerlos unidos. Simone es además la madre de Marianne, pero no la de Nino; aunque ella tampoco tardará en aparecer y su llegada no estará exenta de revelaciones. El último adiós a Gabriel los ha reunido y su testamento será una sorpresa: les deja el cabaret y su enorme mansión a sus dos ahijados ante la incredulidad de Nicky y Simone, que de un día para otro se encuentran con que sus hijos venderán aquello que se ha convertido no sólo en su trabajo, sino en símbolo de sus vidas.
Klifa recrea con encanto el ambiente del vodevil y para eso no se priva de exponer las voces de sus actrices, Catherine Deneuve, Géraldine Pailhas y sobre todo Emanuelle Beart, quien sigue desbordando sensualidad a pesar de los excesos quirúrgicos. Ese universo de los night club que la película se encarga de presentar como refinado e ingenuo antes que promiscuo, aparece como determinante de la tensión y desconexión inicial entre los miembros de una familia disuelta, que ante la muerte apelarán y se disputarán lo único que tienen en común: el amor de Gabriel.
Como ha sido costumbre este año en la cartelera porteña, La historia de un amor es otro eslabón de una sólida cadena de comedias que por caminos diversos y con distinto mérito, confirman el buen momento que atraviesa este género en Francia. Como se ha visto hace muy poco en Lo mejor de nuestra vidas (también escrita por Christopher Thompson que además es hijo de su directora, Danièle Thompson), y sobre todo en Mujer de lujo, con Audrey Tautou y ese buen comediante que es Gad Elmaleh, aquí se confirma que no son necesarias ni omnipresentes maquinarias gestuales, ni la repetición ad infinitum de viejas fórmulas para hacer reír, precisamente porque tampoco es necesario robarle al espectador una carcajada barata, cuando se puede compartir con él una sonrisa a partir de situaciones resueltas sólo con lo indispensable, y sin derroche innecesario de recursos. Desde allí y apoyado en un elenco en el que no es posible destacar a uno sin incurrir en el olvido de los demás, Thierry Klifa ha construido esta comedia suave y confortablemente musical.

(Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página 12)

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