domingo, 29 de abril de 2012

CINE - La tinta negra, de Sebastián Arabia: El silencio de España

Mientras en la Argentina todavía se cuestionan los logros en materia de derechos humanos y en la aplicación de justicia en los crímenes cometidos por la última dictadura militar, los mismos son tomados como ejemplo a seguir en casos similares en todas partes del mundo. El documental español La tinta negra, del director Sebastián Arabia, es un buen ejemplo de ello. Estrenado aquí durante la reciente edición del BAFICI, este trabajo gira en torno al llamado caso Garzón y a los extraños motivos que desencadenaron en los procesos penales en su contra, acusado de prevaricación, a partir de que el reconocido juez reabriera las investigaciones por los crímenes cometidos por el estado durante los 40 años de gobierno del general Franco.
Acaso porque en la Argentina las aberraciones de la dictadura fueron juzgadas, amnistiadas y vueltas a juzgar en diferentes momentos de los veinte años posteriores a la caída de ese régimen, cueste imaginar lo que significa para el pueblo español que crímenes contra la humanidad lleven más de 70 años de impunidad. Siete décadas de silencio forzado y forzoso. Uno de los aciertos de La tinta negra, documental que se desarrolla a partir del clásico mecanismo de cabezas parlantes, consiste en no reducir todo a una cuestión histórica, sino en ir descubriendo la atroz supervivencia del franquismo en todos los ámbitos de la realidad presente de España. Y demostrar que el enjuiciamiento del juez Baltasar Garzón -cuya trayectoria jurídica incluye la investigación de los crímenes cometidos por la última dictadura chilena, cuando el general Pinochet, su máximo responsable, permanecía protegido por su cargo de senador vitalicio en le Congreso de su país- representa un emergente de esa realidad. ¡Están entre nosotros! Como si se tratara del título de una película de terror, el documental señala que quienes creyeron que el asesinato, la desaparición de personas o la apropiación de la identidad eran herramientas políticas válidas, son quienes todavía dirigen los destinos de España.
Resulta curioso reconocer la parábola de la historia que reúne por enésima vez en un mismo plano el destino argentino y el español. Primero en el horror de comprobar que los métodos utilizados por los dictadores argentinos son los mismos que aplicó el franquismo, a partir de su triunfo en la sangrienta Guerra Civil, pero cuarenta años antes. Y también, a la vuelta de esa historia, saber que la justicia argentina sentó jurisprudencia que eventualmente permitiría juzgar los crímenes cometidos en España.
No hay paz verdadera sin reparación, ni justicia sin memoria: La tinta negra ofrece una lista larga y sólida de argumentos a favor de tales afirmaciones. Es cierto que España sigue siendo un país lleno de miedos, como certifica con lucidez uno de los entrevistados. Según él, el problema es que la sociedad española aún no ha podido expresar su dolor, en tanto expresar no sólo significa decir, sino también dejar de estar presos de su propio silencio. Contra eso, este documental se permite levantar un poco la voz.


Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.

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