domingo, 8 de abril de 2012

LIBROS - Pequeña Historia de Boca Juniors, de Martín y Juan Caparrós: Todo por Boca

De entre los fenómenos populares que conforman el conjunto de la cultura argentina, sin dudas el fútbol es de los que une a más gente dentro de su liturgia. Cómo ocurre con el peronismo, pero más; como ocurre con el tango, pero mucho más; tal vez el único ritual típicamente argentino que pueda discutirle el trono al fútbol sea el del asado (o los fideos) un domingo a mediodía. Aunque si se lo piensa mejor, tal vez sea justo hablar de un reinado compartido. ¿Qué mejor plan familiar puede haber para un domingo que un asado (o fideos) al mediodía, como preámbulo para los partidos que comienzan un rato más tarde?
Es cierto también que así como los argentinos están unidos por esa pasión hacia el fútbol, lo que no necesariamente comparten es el mismo objeto de deseo: el amor por el mismo club, equipo, cuadro o camiseta. En esa democracia del fútbol, mal que le pese a la mayoría, Boca parece ser el equipo que más adhesiones despierta. Será por su origen, que narra un clásico cuento de inmigrantes buscando en el fútbol una posibilidad de integrarse al nuevo mundo. O por su historia, siempre avanzando sobre la orilla de lo popular, siempre muy cerca del resto de esos mitos nacionales, el asado, el tango o el peronismo. Mucho se ha escrito sobre esto, pero el tema parece inagotable.
Pequeña historia de Boca Juniors es un libro para chicos, pero pensado para ser compartido con los padres y por eso no es casual que sus autores sean justamente un hijo y un padre. El periodista Martín Caparrós y su hijo Juan escribieron a cuatro manos esta historia del equipo nacido en el barrio de La Boca, como la continuación por otros medios de esa pasión que los une más allá de la sangre. “Claro que influye el vínculo, por ser una de las pocas cosas que no vamos a dejar de compartir nunca”, dice Juan Caparrós. “Desde que nací también compartimos juntos las emociones bosteras y creo que eso hace posibles que hayamos hecho este libro entre los dos, que yo pueda participar y hacerlo como un par, porque es un tema en que concordamos en casi todo”, completa Juan.
En sus páginas se respira antes que otra cosa el sentimiento del hincha. Para Juan resulta una cuestión obvia, porque “no hay amor más irracional” que el que nace del fútbol. “Pocas veces me puedo poner tan feliz como en esos momentos que nos da Boca.” Son esos buenos momentos los que hacen que el fanático del fútbol sienta que, de ser necesario, haría cualquier sacrificio por corresponder a ese amor y tal vez este libro sea una forma de saldar esa deuda. Sin embargo Juan Caparrós no siente que sea tan así: “Boca te da buenas y malas, y uno siempre está” y que esas supuestas deudas (si las hubiera) “se saldan no aflojando cuando vienen las malas.”
Como en toda historia heroica (y los Caparrós han elegido contar su cuento sobre Boca de esa manera), no pueden faltar esos malos momentos de los que habla Juan. “Nadie es perfecto”, afirma el autor, “y para que una historia sea real es necesario algún traspié. Aunque en este caso sea más difícil de encontrar, Boca también tiene alguna página de tristeza, como cualquier otro club”, y por eso decidieron incluir dentro del relato “el quasi descenso en el año 49.” Del mismo modo y porque todo héroe mítico necesita un contrincante digno, es muy importante el rol que desempeña River Plate dentro del libro, a cargo del papel de archirival. Aunque Juan se encargue de minimizarlo, echando mano de la más clásica de las armas futboleras: la chicana. “Yo también creía en eso de que todo héroe mítico necesitaba un rival a medida”, dice con fingida resignación. “O eso creía cuando Boca tenía la posibilidad de entregar fiestas para todo su pueblo bostero dos veces al año. Pero pienso que a un equipo de segunda Boca le queda grande. Espero que vuelvan a ser quienes eran, para poder alegrarme como cada vez que nos enfrentábamos.”
Como Pequeña historia de Boca Juniors es un libro escrito por un padre y su hijo que comparten el amor por Boca, no es extraño que el deseo de sus autores haya sido el de fortalecer ese vínculo esencial a partir de otro, tan intenso como inexplicable. Sin evitar las chicanas, Juan Caparrós tiene un deseo: “Espero que nuestro libro sea de ayuda para algunos padres si el hijo tiene la mala decisión de dudar ‘¿Boca o Independiente?’ Que ayude a los padres o a los hijos para hacerse un poco más de Boca y que el hijo diga: ‘léemelo de nuevo, pá. ¿En serio que Boca es tan grande?’ Espero que los ayude a compartir alegrías y a tener una excusa para estar juntos.”


Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.

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