
Coca, Luchi y Noe son tres mujeres que viajan hasta un pueblo perdido en algún lugar de la Argentina para encargarse de realizar ciertos trabajos sociales entre los más humildes de los habitantes del lugar. La cámara las seguirá todo el tiempo a donde vayan, siempre juntas, entrando en contacto con familias numerosas, con padres desocupados, con hombres vencidos tal vez más por el abandono que por la enfermedad. A partir de este relevamiento, el espectador tendrá el detalle de los principales problemas que golpean a esa comunidad: tanta cantidad de niños desnutridos y tantos otros con mal de Chagas; tantos padres sin trabajo; tantos discapacitados. Pero nunca podrá saberse de Coca, Luchi y Noe más de lo que Loza y Fund quieran que se sepa. Pero, ¿hay algo que sea necesario conocer de los protagonistas de una película? ¿Es necesario saber algo? ¿Realmente importa? Para Los labios no hay pasado, e incluso, a veces, el presente permanece esfumado bajo el velo de lo elidido. El deseo, la piedad, el horror, la ausencia, la esperanza y el desaliento: máscaras que la película se irá probando tratando de encontrar un perfil definitivo, que será el que se recorta contra el cielo dorado de la maravillosa escena final.
Con una plástica utilización de la fotografía y la cámara, Los labios está compuesta tanto de primeros planos que casi permiten reconocer al tacto aquello que se retrata, como de grandes panorámicas que completan un paisaje de soledades que ya se intuye en los rostros y las miradas. Las actuaciones de Victoria Raposo, Eva Bianco y Adela Sánchez sostienen con el cuerpo una narración que necesita justamente de la carne para no dejar morir esa inercia viva que, como un impulso eléctrico de baja frecuencia, recorre toda la película. Narración ficcional que incluye la interacción de las actrices con los habitantes reales de un pueblo al norte de la provincia de Santa Fe, donde la película fue rodada. Loza y Fund ratifican con su trabajo en Los labios una pericia para la dirección que ya no necesitan demostrar.
Artículo Publicado originalmente en la sección Cultura, del diario Tiempo Argentino.
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