
Lo que sí hay en Through the never es pretensión. La pretensión de que la inclusión de ese corto (bien filmado, como todo el show, pero bastante endeble en términos narrativos) alcanza para colocar a esta pieza musical dentro de la definición de cine. La pretensión de una banda que busca provocar impactos de marketing antes que legítimos hechos artísticos. Todo se entiende mejor si se piensa en su promocionado show antártico, organizado por la gaseosa que refresca mejor. En tanto show filmado, se trata de una buena oportunidad para quienes gusten de la banda. No sólo porque se ha capturado su esencia en vivo, sino porque el playlist está bien elegido. Aunque se lo puede acusar de ser tan conservador como para conformar a todos, el repertorio se permite evitar algunas canciones de esas que no deberían faltar (“Seek and Destroy”, por ejemplo) y ese atrevimiento es un punto a favor. Sin embargo ningun acierto por el estilo convierte a este show filmado en cine. Ni hablar de ponerse analizar lo que se propone desde la ficción, una suerte de revuelta popular anti sistema que está en las antípodas de las actitudes políticas de la banda (¿Alguien recuerda Napster?). Sin dudas Metallica through the never es un producto más de una banda que hace años se piensa a sí misma como un emprendimiento comercial antes que como un grupo de artistas alguna vez fabuloso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario