jueves, 18 de junio de 2020

CINE - "Escondido", Miguel Baratta: Persistencia de la forma

“A partir de la morfología se puede saltar fácilmente al arte, a la ciencia, a la biología. Podemos saltar a la música. En diseño ese tipo de conexiones son importantes: trascender la propia disciplina a partir de la posibilidad de hacer formas.” El concepto lo transmite a sus alumnos Horacio Wainhaus, titular de la materia Morfología en la carrera de diseño de la Universidad de Buenos Aires. Se trata de una llave que abre la puerta a comprender la importancia de las formas no solo en esas disciplinas, sino como parte esencial en la configuración de lo humano. Además es el comienzo que Miguel Baratta eligió para su documental Escondido, un objeto complejo en el que lo morfológico juega un rol determinante tanto en lo cinematográfico como en lo narrativo, en el diseño sonoro y el montaje, o en el modo en que se hilvanan las distintas historias que componen una trama invisible que se revela ante el espectador.
Dentro del recorrido que lo morfológico tiene dentro del diseño, Baratta se concentra en la creación de meta-objetos. El procedimiento consiste en tomar un objeto para acumular en torno a él una red de otros objetos, a partir de la cual se pueda tener una idea de lo que la pieza original representa o significa. Una deconstrucción simbólica que ofrece una reflexión sobre aquello que ha quedado en el centro del sistema resultante. El director utiliza esa estructura para ir enhebrando historias alrededor de aquello que las grandes tragedias humanas ocultan detrás del horror de su capa más visible. La Guerra de Malvinas, la Conquista del desierto, el Holocausto o el plan de exterminio de la última dictadura en la Argentina son algunas de las paradas que el relato va haciendo conforme se desenvuelve.
Una serie de fotos de excombatientes exhibe un dolor que la sociedad ha preferido sepultar bajo la tierra del olvido. Una colección de restos humanos del Museo de Ciencias Naturales de La Plata revela el modo en que se utilizó a la ciencia para blanquear el exterminio de aquellos pueblos a los que se les arrebató la tierra que hoy es conocida como Argentina. Relatos de niños ocultos por sus familias para escapar de la muerte durante el nazismo. Fotografías que exhiben rostros hoy desaparecidos. Baratta encadena los relatos de tal modo que las líneas que se cruzan entre sí van generando esa meta-red, en cuyo centro se alza, bien visible, la dignidad humana que la prepotencia del horror se empeña en tratar de dejar fuera de campo. Esa continuidad se fortalece en el registro minucioso de los distintos meta-objetos que los alumnos de Wainhaus construyen y con un trabajo sonoro que funciona como amalgama, haciendo de Escondido un delicado ensayo acerca de la persistencia de aquello que se resiste a ser olvidado.  

Escondido se puede ver ACÁ.


Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.

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