Esta crítica se parece mucho a un deja vú. ¿Otra película de acción con Liam Neeson a cargo del antihéroe de acción? Sí, Una noche para sobrevivir es una más de esas y esta vez el actor irlandés se pone nuevamente bajo las órdenes del director catalán Jaume Collet-Serra, con quien ya había formado pareja en Non stop – Sin escalas (2014) y Desconocido (2011). El dúo parece funcionar, porque en ambas experiencias el gran, aunque a esta altura reiterativo Neeson entregaba dos de sus mejores trabajos en este tipo de papeles. Sin embargo, lo dicho, su nuevo personaje arrastra una constelación de similitudes con los de aquellas películas, sobre todo con el alcohólico policía aeronáutico de Non stop pero también del padre a prueba de balas de la saga Búsqueda implacable.
En este caso su personaje es Jimmy Conlon, un viejo miembro de la mafia irlandesa, muy venido a menos, de conciencia torturada y, claro, alcohólico, pero que sigue siendo el protegido del capo, porque son viejos compañeros de la adolescencia que han hecho juntos el camino de la vida criminal. Pero ocurre que el hijo del jefe, Danny, es un joven ambicioso y caprichoso que acaba enredado en un lío con traficantes albaneses. Las vueltas del guión conseguirán que Danny termine metiendo la pata justo delante de Mike, el honesto hijo de Jimmy (que detesta a su padre hampón), convirtiéndolo en un peligroso cabo suelto. El propio Jimmy deberá, entonces, ponerse en contra de su poderoso amigo de la infancia para preservar la vida de su hijo.
Una noche para sobrevivir es una película que camina sola y casi se podría hablar de ella sin verla: alcanza con conocer bien la filmografía reciente de Neeson para saber qué y cómo irá avanzando la trama. La única intriga consiste en saber si habrá algún detalle que la distinga de todas las otras. Y ese detalle, enorme detalle, es la presencia del extraordinario Ed Harris, que se encarga de hacer que su personaje se convierta en la Némesis perfecta del protagonista. Un contrapeso efectivo que ciertamente no tiene ninguna de las anteriores películas de acción de Neeson. Eso, y cierto ingenio dinámico a la hora de filmar algunas escenas, es lo único que se destaca dentro de una película conservadora que simplemente se dedica a cumplir con lo que de entrada se espera de ella. Con lo justo.
Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.
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