miércoles, 7 de octubre de 2020

CINE - Ciclo de cine cordobés, online y gratuito: El boom mediterráneo

A la hora de hablar de arte, las etiquetas suelen ser una herramienta cómoda. A través de ellas es posible reunir bajo un mismo rótulo a un corpus de artistas y obras que comparten algunas características específicas, generando una ilusión de homogeneidad. Pero las etiquetas también empobrecen, porque en pos de destacar esas coincidencias –que a veces ni siquiera tienen que ver con cuestiones estéticas— acaba relegando a un segundo plano la riqueza que aporta la diversidad. Eso es lo que pasa cuando se habla del Nuevo Cine Cordobés, que es como se conoce a una generación de cineastas que durante la segunda década del siglo XXI consiguió convertir a la provincia mediterránea en una auténtica usina creativa. En busca de exponer la complejidad que se oculta detrás de esa simplificación, el joven Colectivo de Cineastas de Córdoba (CCC) presenta Ningún lugar adonde ir, un ciclo de películas realizadas por algunos de los casi 80 miembros de la agrupación.

En el Manifiesto publicado en su web, el CCC se define como “un espacio de participación basado en debates y acciones para defender todos los modos posibles de hacer cine”. Esa parece ser también la directriz que sostiene la programación de Ningún lugar adonde ir. La misma incluye alrededor de 40 títulos, entre cortos y largos, que podrán verse de manera gratuita desde el 8 de octubre y hasta el 4 de noviembre, a través de la plataforma online www.colectivodecineastascordoba.com

Además de las películas, que se presentarán divididas en cuatro programas de frecuencia semanal, la muestra propone una serie de actividades que se trasmitirán por el canal de YouTube del CCC. Entre ellas la que tendrá lugar este jueves a las 20 y oficiará como apertura. Ahí, los músicos Negra Marta y Juan Pablo Toch interpretarán la banda sonora del film Julia y el zorro (Inés María Barrionuevo, 2018) y luego dialogarán con el sonidista Atilio Sánchez acerca de su composición. 

El primer programa incluye cuatro largometrajes, entre los que se destaca Salsipuedes, ópera prima con la que Mariano Luque participó en 2011 de los festivales de Berlín y Cannes y donde retrata a una pareja disfuncional cuyo vínculo se encuentra atravesado por la violencia de género. Uno de los méritos de Luque consiste en abordar la cuestión sin necesidad de que esa violencia se vuelva gráfica. Atlántida también es la ópera prima de la nombrada Barrionuevo y tuvo su estreno en la Berlinale de 2014. Ahí la directora realiza un retrato reconocible de la adolescencia, con la mirada puesta en las vivencias e inquietudes de un grupo de chicos que crecen en un pueblo de provincia que solo es tranquilo en apariencia. Segunda película de Rodrigo Guerrero, El tercero es un film de registro minimalista que retrata el vínculo y los juegos de seducción que establece una pareja gay con ese “tercero” en discordia. Por su parte, El color de un invierno (2016) de Lion Valenzuela Gioia, último largometraje del segmento, narra una historia de amor lésbico en la que dos jóvenes comienzan a descubrir su propia forma de estar en el mundo. 

De esta primera parada también forman parte tres cortometrajes: El olvidao (Nicolás Acosta Koenig, 10’, 2017), El sonido de la campana (Augusto Sinay, 15’, 2019) y Yo sé que me escuchas (Raúl Vidal, 7’, 2009).

Cuatro son también los largos del segundo programa, pero si en la primera semana mandaba la ficción, ahora es el turno del documental. El mundo del cuarteto es universo que eligió Exequiel Casanova para su debut cinematográfico, No te mueras nunca (2018), donde reconstruye la historia de ese ritmo popular que forma parte de la identidad cordobesa. En Primera luz (2019), Juan Darío Almagro realiza un autorretrato de pareja en el que expone sus dudas, experiencia y aprendizaje en torno a la maternidad/paternidad. Por su parte, Gurises al abordaje (2008), de Dimas Games, regresa al conflicto que sostuvieron la Argentina y el Uruguay por instalación de una planta de procesamiento de pasta de celulosa en la margen oriental del río Uruguay, pero visto a través de un grupo de chicos de ambos países. Por último, en La resistencia (2005) Daniela Goldes busca aproximarse a la obra poético-política de Fernando Birri. 

La programación de la segunda semana se completa con los cortos Campanya (Varios directores, 28’, 2015), La unidad de los pájaros (Cruz Lisandro Morena, 30’, 2017), N°2480 (Federico Gianotti, 11’, 2016) y Quereme así... piantao (Andrés Dunayevich, 10’, 2019). 

El ciclo tendrá continuidad en semana del 22 al 28 de octubre. Ahí se verá Primero enero (2016), sólido debut de Darío Mascambroni sobre un padre joven que pasa con su hijo las primeras vacaciones tras un divorcio reciente. Otra ópera prima es Pies en la tierra (2013), de Mario Pedernera, que registra el viaje de un pescador paralítico con su silla de ruedas a través de Entre Ríos. Los pasos (61’, 2020) también representa la primera experiencia de Renzo Blanc, quien filma la interacción entre una madre y su hija de manera simple, pero sin desatender la complejidad natural del vínculo. Por fin, El deportivo (79’, 2015) registra la experiencia colectiva realizada por el grupo de alumnos que asistieron a un taller de cine dictado por el cineasta Rosendo Ruiz y el crítico Alejandro Cozza, dos figuras vitales en el surgimiento del NCC. 

Los cortometrajes incluidos en este tercer bloque son La virgen del agua (29’, 2018) de Joaquín Possentini; Enajenación instantánea (Adrián Ochoa, 15’, 2017), Ciudad (Sol Muñoz y Ana Apontes, 11’, 2015), Clavel del aire (Gabriel Elettore y Dante de Noia, 7’, 2019) y Síntoma (Gisela Supichatti, 6’, 2015). 

La última semana será el turno de La laguna (2013), de Luciano Juncos y Gastón Bottaro. También se verán Paraíso (2018), de Pablo Falá y Azul el mar (2019) de Sabrina Moreno. Para cerrar el ciclo fueron seleccionados los cortos Suculentas (Lucas Rosa, 15’, 2017), Ejercicios del primer Campos (Martín Emilio Campos, 11’, 2015), Concéntrico (Diego G. Medina, 7’, 2017) y Paradoja (Ariel Ferreyra, 4’, 2014). Por su parte el largometraje Instrucciones para flotar un muerto (2018) se podrá ver el 4 de noviembre y será el encargado de clausurar el ciclo. Ese mismo día a las 20, la cantante Eva Gou interpretará la música de la banda sonora de la película y luego dialogará con su director, el cineasta Nadir Medina. 

Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.

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