sábado, 8 de diciembre de 2012
INDUSTRIA - Pre MICA región Patagonia: La creación regional
Con la presencia de gestores y productores culturales, comenzó en la ciudad de Bariloche el Pre MICA (Mercado de Industrias Culturales Argentinas), que organiza la Secretaría de Cultura de la Nación para alentar y promover las actividades industriales relacionadas con las diferentes áreas de la cultura. El Pre MICA de la región Patagonia es el último de los seis encuentros regionales que se organizaron durante este año, como pasos previos a la realización de la segunda edición del MICA, que se realizará entre el 11 y el 14 de abril del 2013 en Tecnópolis.
El acto de apertura tuvo lugar en el tradicional Centro Cívico de la ciudad cordillerana, con la presencia del director nacional de Industrias Culturales, Rodolfo Hamawi; el secretario de Empleo de la Nación, Enrique Deibe; el intendente de Bariloche, Omar Goye, y representantes de los sectores industriales que participan del encuentro (diseño, música, artes escénicas, artes audiovisuales, editorial y videojuegos). “Llegamos a redondear un sueño que empezó en marzo de este año cuando iniciamos en Formosa esta serie de Pre MICA”, señaló Hamawi en su discurso inaugural. “El desafío de nuclear a los seis sectores de las industrias culturales para poder intercambiar proyectos, capacitarse y encontrarse”, agregó el director nacional de Industrias Culturales, quien además consideró que “con los Pre MICA salimos a pagar una antigua deuda que tenemos con los productores culturales del país”.
Ya por la mañana, en un clima de caluroso intercambio que los presentes sostenían a pesar del intenso frío que se ha instalado en Bariloche desde hace algunos días, comenzaron las primeras rondas de negocios, destacándose por su volumen el del área audiovsual. En estos encuentros, los representantes de diversas productoras de contenidos ofrecen sus trabajos y reciben asesoramiento de diferentes organismos y organizaciones dedicadas a la difusión de material audiovisual. Entre los acreditados se encuentran representantes de los muchos canales de televisión dedicados a la difusión de material cultural, como el ya tradicional Canal Encuentro, pero también otros más jóvenes, como INCAA TV o Tecnópolis TV, que participan de estas rondas en busca de material y propuestas que ayuden a enriquecer sus programaciones.
Debe destacarse el alto nivel de convocatoria que los pre MICA realizados hasta ahora tienen entre los gestores y productores culturales de todo el país. Este encuentro patagónico suma un total de 326 inscriptos, entre todas las áreas de producción incluidas. Un hecho que no deja de llamar la atención por lo oportuno, un buen ejemplo de los fines que se persigue con estos encuentros es la inclusión del área digital, que entre sus productos más reconocibles se encuentran los videojuegos, una industria joven pero que en poco tiempo ha alcanzado un alto grado de desarrollo en el país.
Otras de las actividades que merecen destacarse dentro de la grilla de este Pre MICA de la región Patagonia es la posibilidad de que personas dedicadas a diferentes espacios de la producción cultural puedan entrar en contacto con expertos de cada área, a través de charlas, conferencias o clases magistrales. Un muy buen ejemplo de esto es la clase pública que dio el director de cine y guionista Juan Bautista Stagnaro, que bajo el título de La séptima versión, indagaba acerca de la utilidad de la reescritura en la creación cinematográfica. Frente a un público compuesto por productores, realizadores, guionistas y alumnos de cine, Stagnaro consiguió resumir con extraordinario didactismo una serie de puntos útiles a la hora de sentarse a desarrollar un guión de cine. Utilizando fragmentos de guiones propios (entre ellos el de Camila, película que fuera candidata al Oscar en los '80, escrito junto a María Luisa Bemberg y Beda Docampo Feijoo) o ajenos (se citó con insistencia la filmografía del director Damián Szifrón), Stagnaro consiguió atrapar e ilustrar a su auditorio. Algunos de sus conceptos sirvieron para definir al trabajo del guionista como “un género literario efímero, que deja de ser útil el último día de rodaje”; o sostener que los autores deben saber que “los guiones no son de hierro” sino meras herramientas para la construcción final del relato y por lo tanto deben aprender “a traicionar sus propias ideas a través de la corrección”, cuando esta traición supone una mejora sustancial de lo narrado. “El guión es un objeto de seducción”, afirmó Stagnaro ante un auditorio que, efectivamente y a conciencia, se dejó seducir. Misión cumplida.
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