jueves, 11 de septiembre de 2008

LIBROS - Josephine y yo, de Hans Magnus Enzensberger: Literatura que encoge


Con intención de ser fábula de la historia de Alemania y de las dificultades que encuentra su pueblo a la hora de asimilarla, del nazismo a la división, y de la reunificación a la plena aceptación de su rol en el mundo capitalista, la novela Josefine y yo, del alemán Hans Magnus Enzensberger, cuenta la historia de Joachim, joven y eminente economista que por obra de la fortuna conoce en un altercado callejero a Josefine, una anciana paqueta algo dada a los anacronismos. Él termina tomando el té en casa de ella y el ritual comienza a repetirse cada martes. En esas tertulias y con la caída del muro como escenario social, Josefine y Joachim comenzarán a conocerse a través de conversaciones lejanas, en apariencia, de todo intento de intimidad.
Tristemente, lo que primero destaca en Josefine y yo son sus debilidades; pocas pero definitivas. Para empezar, el artilugio de oponer al personaje joven e idealista otro más viejo y ácido, cargado de un pragmatismo cínico, para que el primero acabe obteniendo una nueva imagen de la realidad y de sí mismo como parte de esta, es un clisé importante, aun -o sobre todo- cuando se lo quiera utilizar como metáfora de dos diferentes Alemanias y de los problemas de su integración. No sería tan terrible si los diálogos alcanzaran a desbordar ese molde, pero no consiguen más que reafirmar los arquetipos: los epigramas que los protagonistas se van retrucando parecen ser la manifestación de todas las pesadillas soñadas por Flaubert en su Diccionario de los lugares comunes, y la pretendida irreverencia e incorrección política de Josefine en el mejor de los casos es simpática, nunca revulsiva ni demasiado escandalosa. Apenas, levemente reaccionaria.
El final revela que todo lo leído es el contenido de dos viejos cuadernos que Joachim llevó como diario de aquellos encuentros, y que al reencontrarlos quince años después le devuelven la imagen ajena de alguien que ya no es… ¿Querían clisés? ¡Ahí tienen!


Reseña publicada originalmente en el suplemento Cultura del diario Perfil.

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