martes, 5 de septiembre de 2006
CINE - Tarnation, de Johnatan Caouette: La desnudez interior
En cine, el género documental es aquel en que el espectáculo que se ofrece es la realidad, o al menos uno de sus posibles perfiles. En contra de tan amplias posibilidades, el documental acostumbra a repetir siempre los mismos tres o cuatro tópicos, a saber: a) la ciencia (historia, física, química, medicina, etc) y sus misterios; b) los animales y su incorregible salvajismo; c) el universo y su aburrido capricho de mantenerse inexplicable; y d) el hombre, sus misteriosos caprichos y su incorregible salvajismo.
A pesar de parecer tan cerca del agotamiento como el resto de los géneros cinematográficos, el documental sigue encontrando la forma de mostrarnos otra vez lo mismo. Igual que el resto de los géneros cinematográficos. En oposición a esto, quién hubiera imaginado hace menos de veinte años, cuando en este país los canales de televisión apenas eran cuatro (o cinco, si había buen clima) y el cable no pasaba de ser una excentricidad futurista, que sería posible concebir un canal cuyo negocio fuera el de transmitir, y antes que eso producir, veinticuatro horas por día de documentales. Sólo en una novela de Asimov.
Lo cierto es que, por si uno solo no fuera suficiente, hoy hay más canales que se alimentan del documental que aquellos canales de televisión de aire, veinte años atrás. Y siempre encuentran la forma, no necesariamente efectiva, de contar otra vez la misma historia. Es cierto, nobleza obliga, que un gran valle de calidad, en forma y contenido, separa al cine documental del 90% de la programación de estos canales. También es cierto que los temas a tratar siguen siendo escasos. Sin embargo una buena idea, o un mejor presupuesto en las manos indicadas, pueden obrar maravillas.
Dentro de la cinematografía documental, Tarnation, de Johnatan Caouette, es un caso extraño. Decididamente enmarcado dentro del tópico "el hombre y su nada original pretensión de mantenerse inexplicable", este documental tiene la intención de ser una biografía de su director. Una autobiografía basada en un amplio registro familiar, fotográfico y fílmico, que Caouette ha conseguido llevar por sus propios medios desde su infancia.
Ya durante la primera media hora larga, en la que se nos introduce en el tortuoso y quasi lisérgico universo familiar de Johnatan, queda claro que esta obra no encaja en las convenciones del género. Con una estética muy cercana a la psicodelia que podemos asociar a las primeras incursiones audiovisuales de Pink Floyd, en las que el recientemente fallecido Syd Barrett tenía mucho que ver, Tarnation puede ser opresiva e intimidante. Y revela en la figura de Johnatan niño, un potencial artístico notable. Claro que se trata de un niño... y alguien ha dicho que la “adultez” es la epidemia que con más eficacia regula la densidad demográfica del arte.
Y algo de eso hay en Tarnation. Porque la mirada que exhibe Johnatan respecto del mundo alucinante y hasta macabro de su infancia, puede ser fascinante para el espectador, pero se resquebraja con la ligereza que, en comparación, adquiere la película a medida que el protagonista crece. Lanzado dentro de una estética decididamente queer, la segunda parte del filme tiende a la liviandad pequeño burguesa y algo narcisista de un joven que no duda en utilizar los traumas de su niñez y los conflictos de su madre o sus abuelos, para desnudarse en público, para transformarse en una especie de exhibicionista psicológico.
Tal vez nada de esto fuera criticable si hubiese sido narrado en un marco de ficción, aunque una vez utilizada la película como elemento exorcista, convirtiéndola para su autor casi en un hecho terapéutico, cabe una pregunta: ¿la historia de Johnatan sigue siendo real; o se ha convertido en otro artificio cinematográfico, en otro hecho de arte? Misterios de una especie que se niega a ser explicada.
(Artículo publicado originalmente en www.informereservado.info/cultura.php)
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2 comentarios:
Juan Pablo: es la primera vez que entro al blog, la verdad me parece muy bueno, si bien no puedo coincidir en todo, y está bien.
Con respecto a "Tarnation", lamento reconfirmar lo que quería no ver: ¿otro video más de este estilo?
Sí, podríamos entre todos hacer una "vaquita" y ayudar a este adulto que es vampiro de sí mismo.
Saludos y te sigo leyendo.
Soledad.
P.D. Te esperamos en Cerca el milagro.
Cerca del milagro, me alegra tu comentario: es el primero. No puedo entregarte las llaves del Blog como reconocimiento, pero si agradecerte.
Me alegro también de que no compartas todas mis apreciaciones. Me encataría saber cuáles en particular.
He estado en Cerca el milagro, y prometo dejar por allí mi huella.
Un abrazo.
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