Apenas tres días después de Bafici, una nueva parada asoma en la ruta de los festivales. Se trata esta vez de uno muy joven y particular: el Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror Blood Window Pinamar, que tendrá lugar en ese popular centro balneario desde hoy hasta el sábado, con entradas gratuitas, invitados internacionales y proyecciones nocturnas en el bosque que rodea la ciudad. Esta segunda edición cuenta con dirección artística de Javier Fernández Cuarto, producción de Carlos Villalba (productor del Festival de Mar del Plata) y programación de Pablo Conde, quien desde hace once años integra el equipo curatorial marplatense.
Organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) en conjunto con la municipalidad de Pinamar y el apoyo de Sitges Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, el Festival Blood Window nace como extensión de la sección homónima que todos los años tiene lugar en el marco de Ventana Sur, el mercado de contenidos audiovisuales más importante de Latinoamérica que impulsan el Incaa junto al Marché du Film de Cannes. Dicha sección se especializa en cine fantástico y además de las actividades incluidas en cada edición también organiza galas en festivales como los mencionados Cannes y Sitges. Según cuenta Conde, Blood Window Pinamar nace con el objetivo de “reforzar la visibilidad de los mejores proyectos de género de nuestra región, fortaleciendo la pata de la exhibición en Argentina”. Y sostiene que “el mejor marco para eso es un festival de cine, donde se puede dar cuenta de la amplitud de propuestas del género y sus tendencias”.
La programación ilustra el presente del género tanto en el ámbito nacional y latinoamericano como a nivel global. En la primera categoría podrán verse Soy tóxico, codirigida por Pablo Parés y Daniel De La Vega, nombres clásicos del cine fantástico argentino; Crímenes imposibles, de Hernán Findling; o Abrakadabra, de Luciano y Nicolás Onetti, todas a la espera de sus estrenos comerciales. A nivel regional se destacan las presencias de los cines de Brasil y Venezuela, con títulos como Morto Não Fala, del director Dennison Ramalho, e Infección, de Flavio Pedota. En cuanto al resto del mundo no pueden dejar de mencionarse Mandy, de Panos Cosmatos, con el desbordado protagónico de Nicolas Cage; In Fabric, último e hipnótico trabajo del británico Peter Strickland; y Mutant Blast, coproducción entre Portugal y EE.UU. dirigida por Fernando Alle y producida por los míticos estudios Troma, símbolo del cine clase Z.
“El cine de género es uno de los que más espectadores convocan”, afirma Conde. “Basta como prueba la cantidad de estrenos que hay tanto aquí como en otros países”, agrega. Sin embargo “la cartelera comercial no siempre incluye las propuestas más arriesgadas, temática o estilísticamente hablando”, y por eso, dice Conde, “son necesarios los festival de cine dedicados al género, un fenómeno que se está dando a escala global”. A eso se suma el auge de la producción de cine fantástico en América latina, en especial en la Argentina. Para Conde, Blood Window representa “un paso adelante” en el intento de conectar a los artistas con un público ávido de nuevas propuestas.
Además de las películas, esta edición de Blood Window –cuya sede principal será el Espacio Incaa Teatro de la Torre, Constitución 687– tendrá al italiano Sergio Stivaletti como invitado especial. Stivaletti es cineasta, especialista en efectos especiales y nombre fundamental del giallo italiano, un género que tuvo su auge durante la década de 1970, combinando elementos policiales, fantásticos y de terror. Además de presentar su último trabajo, Rabbia furiosa: Er Canaro (2018), inédito en la Argentina, Stivaletti dará una charla donde abordará su trabajo junto a directores icónicos del giallo como Darío Argento, Lamberto Bava y Michele Soavi.
Otras de las atractivas actividades que tendrán lugar dentro de la grilla de Blood Window serán las proyecciones nocturnas de títulos memorables del género en una pantalla ubicada en el corazón del bosque de Pinamar. Esto es, el ámbito perfecto para revivir algunos de los mejores sustos que ha dado el cine en su historia. Se cuentan entre ellos El exorcista, de William Friedkin; Martes 13, de Sean Cunningham; El loco de la motosierra, de Tobe Hooper, Carrie, de Brian De Plama, o El proyecto Balir Withch, de Eduardo Sánchez y Daniel Myrick; Pesadilla en lo profundo de la noche, de Wes Craven; o El enigma de otro mundo, de John Carpenter, entre otros clásicos.
Obligado por Página/12 a asumir el rol de recomendador, Conde elige tres películas para graficar la calidad de programación de Blood Window. “The Kid Who Would Be King es lo nuevo de Joe Cornish, una de aventuras adolescentes con demonios y Excalibur que no para de sorprender. Cine para ver en familia, que por desgracia escasea”. Ya en parajes más oscuros, el programador señala The Evil Within, opera prima del fallecido Andrew Getty, nieto del magnate petrolero J. Paul Getty. “Más allá de su condición de ‘maldita’, se trata de una de las películas más enfebrecidas y pregnantes de los últimos años. Todo un trip”. Conde cierra el “recomendómetro” con Muere, monstruo, muere, segundo trabajo del mendocino Alejandro Fadel que el año pasado participó del festival de Cannes. “Una poderosísima muestra del talento local que hule a futuro film de culto”, vaticina.
Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.
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