Como si se tratara de uno de esos laberínticos juegos de espejos que tanto le gustaba recorrer a Jorge Luis Borges, como lector o como autor, pero también con algo de kafkiano, la Sala V de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Nacional revocó el procesamiento del escritor Pablo Katchadjian, dictando la falta de mérito en el juicio por plagio que le iniciara María Kodama en su carácter de heredera y custodio de la obra del gran escritor argentino. Una causa de la que Katchadjian había sido sobreseído y vuelto a procesar, acusado de plagiar el que tal vez sea el cuento más famoso de Borges, “El aleph”, en su libro El aleph engordado, un experimento literario en el que intervino el texto original intercalando con él un texto nuevo y propio. Un procedimiento que el autor anuncia a través de una posdata en la que da cuenta del juego intertextual que desarrolla en su libro, cuya edición data del mes de noviembre de 2008.
Las intrincadas vueltas judiciales del caso comenzaron en junio de 2011, cuando Kodama presentó su denuncia penal contra Katchadjian por considerar que su trabajo viola los artículos 72 y 73 de la ley 11.723 de propiedad intelectual. Aunque Katchadjian fue sobreseído en esa primera instancia, Kodama interpuso una serie de apelaciones, primero ante la Cámara de Apelaciones (que finalmente confirmó el sobreseimiento) y más tarde en la Cámara de Casación que, a instancias de los jueces Gustavo Hornos y Eduardo Riggi, le dio la razón a la querella y el caso regresó a la instancia original en la que Katchadjian fue nuevamente procesado, haciendo pesar sobre él un embargo por la suma de 80 mil pesos. La última novedad fue el citado desprocesamiento dictado el pasado 13 de agosto, en el que la mencionada Sala V de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal determinó que “los dichos encontrados de los participantes de la audiencia con relación a la modificación intrínseca del cuento de Jorge Luis Borges en oportunidad de su inclusión en El Aleph engordado muestran que la evaluación integral de la hipótesis delictiva investigada -en sus aspectos objetivo y subjetivo-no puede prescindir de una previa determinación pericial sobre si el texto original de “El aleph” fue o no transcripto literalmente por Katchadjian y, en caso negativo, qué diferencias en términos de palabras y/o signos de puntuación se verificaron. En estas condiciones, revocaremos lo resuelto, decretaremos la falta de mérito para procesar o sobreseer al imputado y dispondremos la prosecución de la investigación».
Oportunamente un gran número de escritores, artistas e intelectuales salieron a repudiar el proceso en contra de Katchadjian, destacándose la jornada organizada el pasado 3 de julio en la Biblioteca Nacional, que concluyó con una mesa en la que, con la coordinación del editor Damián Ríos y la presencia del propio Katchadjian, participaron el escritor César Aira, el crítico literario Jorge Panesi y la socióloga e investigadora María Pía López. Aira se expresó al respecto de manera contundente: “Tengo que decir que estoy bastante cansado de esta fantochada, espero que se termine pronto. Las conversaciones que hemos tenido estos días me han convencido más que nunca de que todo este asunto pertenece al rubro de lo cómico”. Por su parte el escritor Carlos Gamerro, presente en representación del PEN (asociación mundial de escritores), afirmó que “la querella penal en contra de Katchadjian ofende los estándares más básicos de la libertad de expresión. Incluso la posibilidad más mínima de que un escritor sea sentenciado a prisión por plagio es inaceptable”.
Consultado por Tiempo, Ricardo Strafacce, escritor y abogado de Katchadjian, se encargó de clarificar qué significa exactamente este desprocesamiento. “La declaración de falta de mérito significa que no hay mérito para procesar pero tampoco para sobreseer. Es una situación mejor que estar procesado, pero peor que estar sobreseído. Ahora se ordenó una pericia para ver si Pablo copió ‘literalmente’ el cuento de Borges o si hizo cambios y, en caso afirmativo, cuáles”, aclaró Strafacce. “Francamente, ignoro qué conclusiones se quieren sacar de esta pericia. Sin dudas la cuestión no es un tema menor, no sólo por lo que podría generarle (y de hecho ya le está generando) a Pablo, sino porque una eventual condena (e incluso la existencia misma del proceso) va a provocar una inevitable autocensura respecto a procedimientos como el de El Aleph engordado”, continuó. Y concluyó que “con las cosas que ocurren en el país (un femicidio cada treinta horas, por ejemplo) es increíble que hasta el momento hayan intervenido siete jueces, una fiscal y dos abogados (el de Kodama y yo) para discutir (desde 2011) si se le aplica una pena de prisión (efectiva o en suspenso, eso depende de la extensión de esa eventual pena) a un escritor que hizo un experimento borgeano con un cuento de Borges”. Por su parte Damián Ríos, principal promotor de los movimientos de apoyo a Katchadjian, comentó a este diario que a pesar de no representar el cierre definitivo de la causa, “es claro que está triunfando en la justicia la idea de que todo esto es una locura, que la idea de procesar penalmente a un escritor por escribir un libro es una locura. Algo que se ve en muy pocos países en el mundo. Y en ese sentido es un triunfo parcial en todo lo que se refiere a la movida de apoyo a Pablo, que ya lleva más de 3000 apoyos de escritores de todas partes del mundo que se han manifestado”.
Artículo Publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario