lunes, 12 de diciembre de 2011

CINE - Putos Peronistas, Cumbia del sentimiento, de Rodolfo Cesatti: Documento vivo

A menos de una semana de la segunda asunción de Cristina Fernández como presidenta, se proyecta el documental Putos Peronistas, cumbia del sentimiento, de Rodolfo Cesatti, como parte del Festival DesTravArte, Tercer Encuentro de Arte Trans de Buenos Aires, que se realiza a partir de hoy y hasta el próximo jueves. ¿Qué tiene que ver la asunción de Cristina con este documental? Bastante: la película teje una suerte de biografía de los hitos K, a través del filtro de una agrupación militante, Putos Peronistas, surgida en La Matanza durante la segunda mitad del período kirchnerista.
Parafraseando desde el título el famoso trabajo de Leonardo Favio (Perón, Sinfonía del sentimiento), Rodolfo Cesatti va urdiendo el relato a partir de algunos de los personajes más atractivos dentro de un movimiento en el que si algo no falta es el histrionismo. El documental es eficiente en dejar claro el objetivo de la agrupación: militar activamente dentro del aparato peronista, pero con el foco puesto en visibilizar las diferentes problemáticas sociales y de género, dentro del siempre relegado colectivo LGBTT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales). Sobre todo en el doblemente castigado grupo de habitantes del Conurbano Bonaerense, expuestos no sólo a la pobreza que aqueja a gran parte de la población de la región, sino también sometidos a la violencia, la discriminación y la explotación sexual.
Durante la primera mitad del metraje, la película de Cesatti construye lo más interesante que tiene para ofrecer, consigue mostrar algo que hasta ahora fue verdaderamente invisible para la gran mayoría. Se trata de documentar con detalle el nacimiento de una agrupación política y militante, en el mismo momento en que comienza a gestarse. Y a partir de ahí acompañarla en su crecimiento. Ofrece así una posibilidad inédita. Alcanza con imaginar lo rico que podría ser desde el punto de vista histórico contar con un material que registrara, por ejemplo, los orígenes del ya mítico FLH (Frente de Liberación Homosexual, donde en los ’70 militaron entre otros el poeta Néstor Perlongher, y que aquí es citado como antecedente necesario) o, yendo más lejos, de Montoneros. El registro de la gestación de Putos Peronistas es un documento valioso acerca no sólo de la problemática homosexual, sino también de la militancia política.
Tal vez por eso la segunda mitad, donde lo que se muestra es la inserción de los Putos Peronistas en la vida política activa, pierda inevitablemente algo de peso cinematográfico. Hay dos motivos muy claros. El primero es que los detalles de la historia reciente, aunque no desde el punto de vista homosexual, son bien conocidos por todos. La película enhebra movilizaciones por la Ley de Medios, el Matrimonio Igualitario o la muerte de Néstor Kirchner –hitos necesarios dentro de la vida de los Putos Peronistas– con pocos matices que diferencien a este material de lo que ya han mostrado infinitos informes de televisión.
El segundo motivo es que se convierte en un acto de militancia, ya no de sus propias luchas, sino dentro de la más amplia coyuntura kirchnerista. Y es cierto que el abuso de lo iconográfico, no sólo en la película sino en todos los órdenes de la vida política, es uno de los puntos más cuestionables de la militancia K. Aunque también es cierto que la película toma este punto con humor, al colocar al comienzo una placa que advierte que la película incluye "escenas de peronismo explícito". Más allá de esas objeciones, Putos Peronistas, cumbia del sentimiento, es un film entretenido y un documento que ayuda a conocer una trama invisible de la historia.


Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.

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