Con septiembre aparece una sensación difícil de reconocer al principio, pero que más temprano, que tarde se acaba por identificar. Primer mes del último tercio del año, lo que llega con septiembre es una incipiente sensación de clausura, de final que se aproxima, y que empuja a escarbar en la memoria para ir preparando los balances y los cierres. En septiembre también tiene lugar el Festival Nacional de Cine y Video Río Negro Proyecta, cuya tercera edición comienza hoy, ya definitivamente instalado en San Carlos de Bariloche, la ciudad más famosa de la Patagonia argentina. De a poco y sin proponérselo, este festival va camino a convertirse en una celebración que también tiene algo de resumen anual, de antología que convoca en un mismo espacio a lo mejor del año en materia cinematográfica.
Pero no sólo porque su programa incluye a las películas nacionales que se destacaron en los dos grandes festivales de la Argentina (Mar del Plata y Bafici) junto a las que fueron cosechando logros por el mundo, sino porque muchos de estos films que ahora regresan triunfantes, pasaron antes por la sección de Cine en Construcción aquí en Río Negro. Es el caso de Ausente, la nueva película de Marco Berger, ganadora de ese premio en la edición 2010 y que luego obtuviera el prestigioso premio Teddy en el Festival de Berlín. O Yatasto, el documental de Hermes Paralluelo sobre los chicos cartoneros en Córdoba, que cautivó durante el último Bafici. O Escondidos al oeste del Pichi Leufú, de Natalia Cano, que abre hoy esta tercera edición del festival.
Se verán también Las acacias, de Pablo Giorgelli, ganadora de la Cámara de Oro en Cannes; El estudiante, un apasionante thriller político de Santiago Mitre, premiada en el Bafici; Hachazos, el más personal de los trabajos de Andrés Di Tella, especialista en hacer películas personales; De caravana, de Rosendo Ruiz, una ficción ambientada en el mundo del cuarteto cordobés, de gran repercusión en Mar del Plata. O La peli de Batato, de Peter Pank y Goyo Anchou, que se interna en el mito del actor y performer under Batato Barea, fallecido en 1991. Completan la lista de la competencia nacional Noche sin fortuna, de Forbes y Cifuentes; Cracks de Nácar, de Casabé y Dieleke; y La vida nueva, de Santiago Palavecino, en carácter de première mundial.
¿Es casualidad que un festival reúna entre sus películas en construcción, algunas de las que luego triunfarán por el mundo? ¿O que su competencia nacional resulte tan variada como exigente? No, sin dudas: detrás de un estándar de calidad tan alto existe la voluntad de apostar por un festival como este, apuntalado desde la ub secretaría de Cultura de esta provincia. Pero sobre todo por la capacidad y el trabajo de sus dos programadores, Pablo Mazzola y Roger Koza. Esa unión, que se sostiene en la idea de que el cine es un espectáculo, pero sobre todo una importante expresión artística y cultural, hace posible la existencia de este Festival Nacional de Cine y Video Río Negro Proyecta, que recién va por su tercera edición, pero ya se va ganando el derecho de ser la memoria y el balance anual del cine argentino.
Publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.
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