El Nobel no es un premio literario, sino un premio a escritores. ¿Hay diferencia? Sí: la Academia Sueca no busca premiar a la mejor literatura, sino a buenos escritores. Desde ese punto de vista el Nobel suele ser un premio correcto antes que justo, porque los premiados, por un motivo u otro, siempre merecen ser reconocidos. Entonces, ¿cuál es la diferencia? Que los buenos escritores no siempre son notables ni escriben la mejor literatura. Es teoría de conjuntos: El conjunto A incluye al conjunto B, pero no todos los elementos incluidos en A pertenecen también a B. A partir de esto puede afirmarse que los premiados no siempre son quienes más lo merecen, pero aún así es injusto juzgar las decisiones sólo a partir de estos argumentos: a favor de los suecos puede decirse que muchas veces se sabe qué escritores pasan a la historia cuando la historia ya ha pasado. Como suele decirse, es fácil juzgar con el diario del lunes.
Justamente el lunes Tiempo Argentino publicó un artículo en el que elegía a Alice Munro junto a Joyce Carol Oates como las favoritas del diario a ganar el Nobel de Literatura este año. Ambas son buenas escritoras, tal vez notables, pero los motivos para suponer con bastante certeza que una de ellas ganaría exceden el análisis meramente literario. Hay una razón muy específica para que la literatura pase a un segundo lugar a la hora de elegir un Nobel: que se trata, cada vez más, de un premio políticamente correcto. Esa es, por ejemplo, la única forma de explicar la ceguera literaria de la Academia Sueca al negarle el premio a Jorge Luis Borges, el más destacado autor de literatura en lengua castellana del siglo XX, por motivos por completo ajenos a su obra.
La Academia parte de la base que todos los candidatos merecen, en mayor o menor medida, ser reconocidos, entonces toma su decisión atendiendo menos a la literatura que a un principio de amplitud, en el que intenta representar la totalidad del crisol humano. Todas las lenguas, todas las regiones, todos los géneros. Alcanza con saber que en los últimos 23 años lo han recibido más escritoras que en los anteriores 90 años. O que en esos mismos períodos la cantidad de premiados no europeos/estadounidenses es casi la misma: 11 hasta 1990, contra 9 desde entonces hasta que hoy. La canadiense Alice Munro, premio Nobel de Literatura 2013, representa la literatura notable, sí, pero también una corrección política que se mide en cupos y no siempre tiene que ver con la justicia.
Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario