miércoles, 12 de enero de 2011

LIBROS - La ciencia del beso y Breve historia del culo: dos maneras de entender la naturaleza humana

Hay temas que fácilmente pueden ser ligados a la historia de la cultura y otros, más enigmáticos, que dejan un rastro menos evidente. Por eso tal vez no sorprenda a nadie que alguien tuviera la idea de escribir un libro sobre el beso, acto que suele representar el clímax de tantas expresiones del arte. Alcanza con mencionar el de Judas, los de Romeo con Julieta, o el de la mujer araña –por no empezar una interminable lista de ejemplos en el cine–, para saber qué tan importantes son los besos como recurso dramático y narrativo. Y para qué fines tan diversos se lo ha usado a lo largo de la historia. Sheril Kirshenbaum, científica de la Universidad de Texas y habitual colaboradora de publicaciones estadounidenses como Newsweek o The Washington Post, es la autora del libro La ciencia del beso (The science of kissing), de reciente publicación en los Estados Unidos, en el que intenta desmenuzar esta práctica tan ligada a los sentimientos como al placer y la perpetuación de la especie.
Menos convencional en la elección de su tema, el francés Jean-Luc Hennig toma un objeto literario mucho más cercano a la categoría de objeto del deseo, y se atreve a aventurarse en un terreno más profundo y oscuro en su libro Breve historia del culo, título que no requiere demasiada explicación. Editado originalmente en Francia en 1995 como Brève histoire des fesses (o Breve historia de las nalgas), esta particular investigación acaba de ser publicada en España y aunque no hay noticias de que alguna editora local quiera lanzarlo en la Argentina, su contenido no deja de despertar curiosidad.
El libro de la investigadora estadounidense propone que el primer beso es una experiencia tal vez más importante incluso que el debut sexual, y afirma que esta costumbre está presente en el 90% de las culturas humanas y en muchas especies animales. Por su parte, el de Hennig rastrea las distintas manifestaciones que han hecho de la cola humana su objeto, de la escultura y la plástica al cine, y de los griegos a los hooligans ingleses. Todo esto sazonado con reflexiones de autores como Bataille, Joyce, Proust, Sade y Rabelais, cada uno a su modo, expertos en el tema.
Es destacable la diferencia con que uno y otro autor han abordado sus trabajos, contraste que se vuelve evidente en fondo y forma, y que al mismo tiempo opone las esencias de las culturas francesas y norteamericanas. Mientras que Kirshenbaum, científica y estadounidense, propone un relato más bien frío y positivista que se mantiene a prudencial distancia de todo atisbo hedonista en relación al beso (al que en el fondo parece querer reducir a la categoría de mera herramienta sexual, que la mujer-hembra utiliza para “juzgar el sabor de la lengua, los labios y la saliva” y saber si el compañero de turno es al fin “el adecuado”, reducción fácilmente asimilable a la tradición puritana de su país), Hennig no se priva de nada. Francés y sin dudas liberal en el sentido estricto que esa palabra tiene en su patria, Hennig no sólo relata seriamente una historia del culo, sino que parece literalmente meterse en él y disfrutar de cada uno de los momentos que la experiencia le depara con la pasión de su compatriota Pepé Le Pew, aquel “romántico” zorrinito de los dibujos animados. Incluso los pasajes más terribles del libro, como el capítulo dedicado a las torturas y tormentos anales a lo largo de la historia, Hennig parece estar a gusto con el tema de su ensayo.
Aun con todas sus diferencias, no caben dudas de que los libros La ciencia del beso y Breve historia del culo son lecturas complementarias y que serían buenos vecinos en cualquier biblioteca. Tal vez porque su proximidad teórica desciende de una intimidad práctica mucho mayor e inocultable. Basta con recordar cualquier velada de pasiones encendidas, o simplemente aquel viejo chiste en el que un pobre mono terminaba agotado después de haber amado toda la noche a una ardiente jirafa.


Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.

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