Klifa recrea con encanto el ambiente del vodevil y para eso no se priva de exponer las voces de sus actrices, Catherine Deneuve, Géraldine Pailhas y sobre todo Emanuelle Beart, quien sigue desbordando sensualidad a pesar de los excesos quirúrgicos. Ese universo de los night club que la película se encarga de presentar como refinado e ingenuo antes que promiscuo, aparece como determinante de la tensión y desconexión inicial entre los miembros de una familia disuelta, que ante la muerte apelarán y se disputarán lo único que tienen en común: el amor de Gabriel.
Como ha sido costumbre este año en la cartelera porteña, La historia de un amor es otro eslabón de una sólida cadena de comedias que por caminos diversos y con distinto mérito, confirman el buen momento que atraviesa este género en Francia. Como se ha visto hace muy poco en Lo mejor de nuestra vidas (también escrita por Christopher Thompson que además es hijo de su directora, Danièle Thompson), y sobre todo en Mujer de lujo, con Audrey Tautou y ese buen comediante que es Gad Elmaleh, aquí se confirma que no son necesarias ni omnipresentes maquinarias gestuales, ni la repetición ad infinitum de viejas fórmulas para hacer reír, precisamente porque tampoco es necesario robarle al espectador una carcajada barata, cuando se puede compartir con él una sonrisa a partir de situaciones resueltas sólo con lo indispensable, y sin derroche innecesario de recursos. Desde allí y apoyado en un elenco en el que no es posible destacar a uno sin incurrir en el olvido de los demás, Thierry Klifa ha construido esta comedia suave y confortablemente musical.
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