viernes, 2 de abril de 2021

CINE - "Corre" (Run), de Aneesh Chaganty: Madre e hija contrarreloj

Producida y estrenada originalmente el año pasado en la plataforma Hulu, no disponible en el país, Corre es el segundo trabajo del cineasta estadounidense Aneesh Chaganty y uno de las primeras estrenos que ofrece Netflix en abril. La película llega precedida por la expectativa que generó el film anterior de Chaganty, Buscando… (2018), thriller narrado en tiempo real en el que un padre debe encontrar a su hija desaparecida a través de los rastros digitales que ella dejó en los diferentes dispositivos electrónicos que comparten y en las redes sociales. Ambos trabajos comparten no solo el género del suspenso, sino el hecho de colocar en primer plano al vínculo que une a padres e hijos, aunque las intenciones de ambas historias son bien diferentes.

Las primeras escenas tienen lugar algunos lustros antes del presente en el que transcurrirá el relato y sirven no solo para definir un contexto, sino sobre todo un drama. Diane es una madre soltera cuya pequeña hija Chloe nace sin vida, pero a la que los médicos consiguen reanimar, aunque no parecen dispuestos a darle un diagnóstico alentador. Chaganty no duda en su abierta intención de causar impacto y lo consigue: sin ser truculentas, las escenas no se privan de mostrar el pequeño cuerpo que pelea por su vida ni la desesperación que agobia a su madre. La secuencia se corta en seco para mostrar una placa negra sobre la cual, con discretas letras blancas, se enumeran una serie de enfermedades. Son las que aquejarán a Chloe durante el resto de su vida: arritmia cardíaca, parálisis, diabetes y asma.

El salto al presente muestra a Chloe como una adolescente que ha aprendido a luchar contra los obstáculos de su propio cuerpo, llegando hasta el final de la secundaria estudiando sola en casa, al cuidado de la orgullosa Diane. Pero ahora se propone un nuevo desafío: entrar a la Universidad, donde deberá manejarse sola, ya sin una figura protectora. La película no se demora mucho en este clima idílico, propio del relato de autoayuda, sino que enseguida introduce un elemento siniestro, cuando Chole comienza a sospechar que su madre le oculta algo. La película se plantea problemas y toma decisiones a gran velocidad, sin que eso derive en cuestiones resueltas a las apuradas ni mucho menos. Por el contrario, una de las virtudes de Corre es el timming con el construye cada situación, para rematarlas con efectivos puntos de quiebre.

Así como en el padre de Buscando… corría contrarreloj para encontrar a su hija, acá Diane también se debate contra el tiempo. Solo que en este caso su intención no es la de recuperar a una hija, sino que más bien su desesperación consiste en no perderla. Corre aprovecha el clima de géneros como el thriller y el terror para llevar al extremo ese temor de la pérdida que todos los padres, grados más o grados menos, han experimentado alguna vez. Y al mismo tiempo su contraparte: el agobio que pueden llegar a sentir los hijos cuando en ellos surge la necesidad de independizarse para construir con una vida propia. Un juego de dobleces que la película también realiza de forma eficiente.

Chaganty maneja bien el recurso de plantear incógnitas que se resuelven de forma no explícita, pero gráfica, a través de un uso oportuno del montaje. Corre también abunda en referencias a la obra de Stephen King y sus adaptaciones al cine, un aporte simpático, pero que también es usado para señalar en alguna dirección con toda intención. Ahí está la mención al pasar del pueblito ficticio de Derry, Maine, en el que transcurren muchas novelas del popular escritor, o la farmacéutica llamada Kathy Bates, en referencia a la protagonista de Misery (Rob Reiner, 1990). El trabajo de las protagonistas, la increíble Sarah Paulson y la joven Kiera Allen en los roles de madre e hija, aporta el último y fundamental ingrediente de la receta: dos actuaciones potentes y verosímiles. 

Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.

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