viernes, 9 de octubre de 2020

CINE - Presencia argentina en el 2020 BFI London Film Festival: Tendiendo puentes a través del cine

A pesar de la pandemia, las restricciones provocadas por ella y de una crisis que por un motivo u otro ya lleva cinco años, el cine argentino vuelve a decir presente dentro de un importante festival europeo. Se trata de las películas Un crimen común, primer trabajo en solitario del director Francisco Márquez, y de El prófugo, segundo largometraje de Natalia Meta, que forman parte de la acotada programación del tradicional BFI London Film Festival, que este año se realiza en el formato online entre el 7 y el 18 de octubre. Ambos títulos ya habían provocado un gran impacto durante el mes de febrero, cuando participaron de la última edición de la Berlinale, el único de los grandes festivales de cine que pudo realizarse con normalidad en este 2020 atípico. La expedición argentina en la capital británica se completa con la presencia de los cortometrajes Salsa, de Igor Dimitri; Loose Fish, dirigido por Francisco Cantón y Pato Martínez, que pasó con éxito por el último Festival de Toronto, y En el nombre del hijo, con el que Martina Matzkin también integró la selección que participó del Festival de Berlín, de donde se volvió a casa trayendo varios premios. 

En Londres, los dos largos se estrenan esta semana e integran la sección Dare (Atreverse), que reúne films que buscan “sacar al espectador de su zona de confort”. Y vaya si cumplen con la premisa. En la película de Márquez, una profesora universitaria decide no abrir la puerta de su casa cuando el hijo de su empleada doméstica, al que apenas conoce, golpea desesperado una madrugada de tormenta. Con la actriz Elisa Carricajo en el protagónico, Un crimen común no elude los alcances políticos de la historia que aborda, algo que su director ya había hecho en su ópera prima, La larga noche de Francisco Sanctis (2016), codirigida junto a Andrea Testa. En ambas, sus personajes se ven obligados a tomar una decisión ética compleja durante una noche infernal. 

En el caso de El prófugo la historia que se desarrolla en el terreno de lo fantástico. Basada en la novela El mal menor, del escritor argentino C. E. Feiling (quien ocupó un lugar destacado en la redacción de este diario hasta su temprana muerte, en 1997), la película retrata a una cantante y actriz de doblaje que comienza a percibir una serie de hechos inquietantes que se manifiestan sobre todo en el plano sonoro, pero que nadie más parece notar. Con algunos puntos de contacto con Berberian Sound Studio (Peter Strickland, 2012), cuyo protagonista también trabajaba con el sonido y las películas, El prófugo cuenta con otra buena actuación de Érica Rivas, acompañada por un gran elenco que incluye a Cecilia Roth, Daniel Hendler y Nahuel Pérez Bizcayart

El lugar que se ganaron estas cinco películas dentro de un festival tan tradicional como el de Londres, que se realiza desde el año 1957, no debe ser menospreciado. En primer lugar porque a pesar de la reducción abrumadora en la cantidad de títulos programados debido a la pandemia, que llevó la selección de los 300 largometrajes que habitualmente se proyectan durante el festival a menos de 60, el cine argentino vuelve a destacarse en cantidad y calidad. Entonces, no es un hecho para nada menor que las películas de Márquez y Meta integren esta lista corta que incluye los últimos trabajos de directores de prestigio mundial como Tsai Ming Liang (Days), Miranda July (Kajillionaire), Abel Ferrara (Siberia), Spike Lee (David Byrne’s American Utopia), Christian Petzold (Undine), Steve McQueen (Mangrove), Lav Diaz (Genus Pan), Hirokazu Kore-eda (A Day Off of Kasumi Arimura) o Thomas Vinterberg (Another Round).

Pero también por el impacto cultural que representa que cinco trabajos nacionales participen del evento cinematográfico más destacado del Reino Unido, un país con el que la Argentina mantiene significativos puentes culturales, pero también una tensa agenda política. La relevancia y el apoyo que la Embajada argentina en la capital británica le han dado a la intervención de estos filmes en el BFI confirman el enorme valor que tiene la cultura en la construcción de lazos formales e informales entre dos naciones. Al ser consultado, el embajador argentino ante el Reino Unido, Javier Figueroa, coincidió en que “el gran desafío de la promoción cultural argentina en el exterior es forjar vínculos entre las industrias culturales de los países en los que uno desarrolla tal actividad”. En el mismo sentido, el diplomático afirmó que “las expresiones artísticas y el cine en particular tienen siempre un impacto beneficioso en la relación entre los países”, porque “muestran lo que es realmente una sociedad, evitando caer muchas veces en estereotipos”. Sostuvo además que estas no solo hablan de un contexto sino también “de la capacidad y el talento de los artistas y de una industria”. “Un gran director de cine no aparece por generación espontánea”, dijo Figueroa, sino que son la manifestación de “una tradición y de una industria cinematográfica potente”.

El embajador sabe que todo esto resulta de gran importancia en lo que hace al vínculo con el Reino Unido, “con el cual tenemos una agenda política compleja”, pero que en materia cultural siempre ha sido un país con “una gran avidez por todas las ramas de la cultura argentina que te puedas imaginar”. Incluso con las restricciones que impone el COVID, la Embajada argentina se mantiene activa en el terreno cultural. “Estamos organizado seminarios en Oxford sobre literatura argentina y conciertos por el centenario del nacimiento de Astor Piazzolla”, contó Figueroa. Y en el terreno cinematográfico, el embajador confirmó la participación en el Festival de Cine Queer (Fringe) y en el Instituto de Arte Contemporáneo (ICA), donde se presentaran dos films de jóvenes realizadores argentinos.  

 Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.

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