La proyección del film Terror 5, de los hermanos Sebastián y Federico Rotstein, como parte de la competencia argentina del reciente Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, generó una interesante conversación entre colegas de este mismo diario acerca del subgénero de zombies, uno de los más prolíficos dentro de las últimas cinco décadas de cine de terror junto al de las posesiones demoníacas. La charla giró en particular en torno del carácter metafórico generalmente orientado a una crítica social con el que suele tratar de potenciarse a estas películas. En esa charla, mientras una de las partes sostenía que estas metáforas se vuelven burdas cuando quedan demasiado pegadas al objeto criticado, la otra iba todavía más allá, afirmando que ese carácter tosco en realidad se registra en el universo completo de las películas de muertos vivientes y que el disfrute pasa entonces por otro lado. Toda la disquisición es útil para abordar el estreno de Ellos te están esperando, del danés Bo Mikkelsen, considerada la primera película del género filmada en Dinamarca, pero que vuelve sobre el tema casi sin realizarle ningún aporte significativo.
En Ellos te están esperando todo responde al manual del buen zombie. El misterioso brote infeccioso en una pequeña y tranquila ciudad de provincia; la cuarentena forzada por las autoridades sanitarias desbordadas; la militarización del área; las pequeñas disputas dentro de un núcleo familiar al que el confinamiento domiciliario al principio parece fortalecer, pero que pronto comienza a disolverse ante una crisis que se vuelve incontrolable. El hombre como lobo del hombre, tema tratado esta vez de un modo convencional. No hay nada nuevo en Ellos te están esperando, no hay sorpresa ni un abordaje original, ni siquiera una crítica clara sobre la cual recostarse para releer el argumento en clave social, política o en alguna otra clave. O al menos nada que pueda exponerse sin forzar demasiado las cosas. Y eso que en Europa actualmente sobran temas que justificarían la reutilización la metáfora zombie. Apenas si puede mencionarse el detalle de los campos de concentración para infectados y el exceso de violencia al que estos son sometidos. Que en todo caso se trataría de una metáfora subexplotada, incluida como al pasar y hasta perezosamente encausada hacia horrores y culpas del pasado, habiendo en el presente material de sobra en lo que respecta a campos para la reclusión forzada de personas y/o tortura, pero a los que la metáfora esta vez no parece tener la intención de aludir.
Ellos te están esperando no es una película de acción distópica al estilo de 28 días más tarde, de Danny Boyle. Tampoco es una de terror puro como [Rec], de Paco Plaza y Jaume Balagueró. Mucho menos una comedia como Tierra de zombies de Ruben Fleischer, o Muertos de risa, de Edgar Wright. Ellos te están esperando es una película de zombies demasiado prolija como para causar impacto, demasiado aséptica como para asustar o provocar asco y correcta en exceso como para divertir. Si algo hay de seminal en el tema del zombi es la idea del miedo a un otro alienado, que desde que el arquetipo fue reinventado por George Romero en La noche de los muertos vivos (1968) fue utilizada en todo el mundo para referir a situaciones bien diversas. El gran problema de Ellos te están esperando es que los zombies en ella representan a un otro vacío y esa ausencia de sujeto la vuelve apenas un juego formal de correcta factura pero sin mucho fondo, en el que hasta el placer lúdico del gore llega demasiado tarde.
Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.
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