sábado, 21 de noviembre de 2015

LIBROS - Aniversario de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll: Alicia festejó su 150 no cumpleaños

¿Qué no se ha dicho ya de Alicia en el país de las maravillas, la obra cumbre del escritor, fotógrafo, maestro y diácono inglés Charles Lutwidge Dodgson, conocido mundialmente como Lewis Carroll? Obra fundamental de la literatura del nonsense (sinsentido) –género propio del siglo XIX muy extendido sobre todo en las letras inglesas, del que el propio Carroll es uno de sus grandes cultores y principal representante—, la historia de Alicia es hoy un clásico cuya influencia alcanza a todas las culturas del planeta. 
Las aventuras de la niña que siguiendo a un apurado conejo blanco se precipita a través de un agujero en el suelo, cayendo hasta un mundo en el que la lógica de la superficie es subvertida en el más absurdo (y entretenido) universo que alguien hubiera sido capaz de imaginar hasta entonces, ha cumplido 150 años de su primera publicación. En el camino se convirtió en una referencia ineludible en materia de literatura infantil. Y no sólo eso: su influjo se ha extendido a numerosos artistas que han hallado en sus páginas y personajes inspiración para sus propias creaciones, convirtiéndola en una obra capital de la historia de la literatura, más allá de cualquier género o etiqueta bajo la cual se la intente subsumir.
Durante todo el año Alicia en el país de las maravillas fue objeto de merecidos homenajes en los más remotos puntos del mundo. En el Reino Unido, tierra natal del autor, el aniversario fue celebrado con una edición especial de diez sellos postales. Una serie cuyo diseño el servicio británico de correos Royal Mail encargó al ilustrador Graham Baker-Smith, quien recreó diez escenas de la novela. En ellas aparece una interpretación personal de algunos de los personajes más conocidos, como el Gato de Cheshire, el Conejo blanco o la propia Alicia, que se apartan un poco de las imágenes más populares que de ellos han hecho sobre todo las adaptaciones al cine realizadas por los estudios Disney en 1951 y el director Tim Burton hace cinco años atrás. En la misma línea, hoy a partir de las 14 la Casa de la Lectura, Lavalleja 924, ofrece una serie de actividades y talleres para chicos (ver recuadro aparte) basados en el libro de Carroll y sus creaciones. En México el libro será objeto de similares homenajes durante el día de mañana.
Publicada por primera vez en 1865 en Inglaterra, la historia detrás del libro es tan interesante y extraña como la que Carroll dejó escrita. Charles Dodgson nació en Daresbury, Inglaterra, en 1832 y murió el 14 de noviembre de 1898. Su padre era clérigo y él heredó el oficio religioso, siendo ordenado diácono. Desde 1851 vivió en Christ Church Oxford, dedicado a la docencia y a desarrollar su labor como fotógrafo, actividad que lo apasionaba y que es inseparable de su atracción por el mundo infantil.
Aunque Carroll se dedicó inicialmente a la fotografía social, retratando personalidades de su época, su trabajo utilizando nenas como modelos sobresale dentro de su obra, al punto de ser considerado el retratista de niños más destacado del siglo XIX. Decenas de niñas a lo largo de más de tres décadas posaron para él, dejando una colección impresionante, compuesta por una docena de álbumes perdidos durante más de cincuenta años, recuperados de forma tardía y azarosa a mediados del siglo XX. Lo curioso es que esta atracción por las niñas no se limitaba al plano de la fotografía, sino que Carroll solía mantener con ellas vínculos muy intensos que han dejado una profusa correspondencia que el libro Niñas, editado por Editorial Lumen, recoge de manera parcial junto con algunas de sus fotos.
Alice Liddell fue una de esas chicas. Hija del decano de la escuela donde daba clases, Alice resultó la musa que inspiró los libros Alicia en el país de las maravillas y su secuela, A través del espejo, editado en 1871. La publicación del primero de ellos se convirtió en un éxito de ventas tan rotundo que convirtió a Carroll en una celebridad, algo con lo que él no consiguió lidiar de la mejor manera. "Odio tanto todo eso que a veces pienso que ojalá no hubiera escrito ningún libro", confiesa en una carta inédita que se subastó en 2013.
Lo cierto es que hace 150 años que este libro salía a la venta por primera vez con una tirada de dos mil ejemplares, de los cuales en la actualidad sólo se conservan 23. 17 de ellos se encuentran distribuidos en diferentes bibliotecas del mundo y el resto pertenece a colecciones privadas.  

Alicia a través del espejo (del cine) 

Cómo corresponde a todo clásico de fantasía, Alicia en el país de las maravillas ha tenido varias adaptaciones al cine. Es que la obra de Carroll siempre ha sido una tentación para artistas con tendencia a narrar a través de una fuerte impronta visual y fantástica. Eso ha ocurrido con cineastas como Terry Gilliam, cuya primera película, Jabberwocky (1977), está inspirada en un poema homónimo incluido en Alicia a través del espejo, secuela del famoso libro. Dicho poema, una muestra notable de la literatura del sinsentido, fue traducido a muchos idiomas, incluido el klingon, famosa lengua que forma parte del imaginario de la serie Viaje a las estrellas
Lo mismo ocurre con la versión de 2010 de Tim Burton, que a pesar de mantener el nombre del primer libro es en realidad un híbrido poco feliz que incluye elementos de ambos. En cambio el trabajo del checoslovaco Jan Svankmajer, Alice (Neco z Alenky, 1988), es imperdible. Ahí este gran maestro de la animación stop motion ofrece la más inquietante versión posible de la historia de Alicia. 
Y no debe olvidarse al propio Walt Disney, que aunque no dirigió la famosa adaptación animada de 1951, sin dudas fue el cerebro detrás de todas las películas que sus estudios produjeron mientras estuvo vivo. Dicha versión contó con un equipo de 14 guionistas, entre los que figura –pero sin estar incluido en los créditos— el escritor inglés Aldous Huxley, famoso por su novela Un mundo feliz, y autor también del libro Las puertas de la percepción, de 1954, donde narra sus experiencias como consumidor de drogas alucinógenas. Una mente ideal para imaginar la desaforada obra de Carroll.  

Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo.

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