viernes, 20 de marzo de 2015

ARTE - Levantan una muestra en Barcelona por una escultura de Juan Carlos I de España: Al Rey nadie le rompe el culo

Nuevamente el arte queda en el centro de una polémica que excede su propio marco, para hacerse extensivo a la forma en que las sociedades miran su propia imagen en el espejo que los artistas ofrecen a través de sus obras. Una vez más una escultura que reproduce la imagen de una figura de vital importancia dentro de la historia reciente de España provoca un escándalo en ese país. Se trata de la cancelación de la exposición La Bèstia i el Sobirà (en catalán, "La bestia y el soberano") que debía abrir sus puertas al público durante el día de ayer en Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA). Dicha suspensión, anunciada por Bartomeu Marí, director de ese museo, ocurrió luego de la negativa de los curadores de la muestra de retirar la obra Not Dressed for Conquering (Desvestido para la conquista), de la austríaca Inés Doujak, en la que puede verse al mismísimo rey Juan Carlos siendo sodomizado por la activista boliviana Domitila Barrios de Chúngara, que a su vez es montada sexualmente por un perro.
Igual que el resto del material que integra la muestra, esta obra que anteriormente participó de la Bienal de San Pablo 2014 y forma parte del proyecto Lanzaderas de telar / Caminos de guerra que llevan adelante Doujak y el británico John Barker, fue seleccionada por los curadores del MACBA Paul Preciado y Valentín Roma, quienes sostuvieron que "Doujak es una artista reconocida, con una trayectoria de investigación sobre las dinámicas del colonialismo y ya había expuesto en el MACBA". Roma por su parte explicó que "la escultura rechazada forma parte de un proyecto iniciado en 2010, que arroja luz sobre las complejas y asimétricas relaciones entre Europa y América Latina. Es una obra que se inscribe en la gran tradición de las relaciones entre arte y poder". La noticia fue levantada por diversos medios españoles, entre ellos los diarios El País, Abc y El Diario.
Frente a la negativa de los curadores de eliminar la obra, Marí canceló la exposición completa, que ya se encontraba instalada y cuya inauguración estaba prevista para las 19:30 de ayer. A esa hora, doscientas personas autoconvocadas a través de Facebook se manifestaron frente a la sede del museo barcelonés para expresar el desacuerdo del sector artístico por la cancelación y para pedir "un museo más democrático". Por su parte Marí aseguró haberse enterado de la presencia de la pieza recién el lunes pasado y declaró que "es la primera vez que se da un suceso así en 25 años de profesión. Una muestra implica un proceso de mediación entre los comisarios y la institución y es sorprendente y lamentable no haber llegado a un acuerdo."
Pero no se trata de un hecho aislado en la vida cultural española, sino de un nuevo episodio de intolerancia frente a una expresión artística que plantea una abierta y sólida posición política frente a la realidad histórica de ese país. Hace exactamente tres años, en el marco de la edición 2012 de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO) que se realiza todos los años durante el mes de febrero en Madrid, la obra Always Franco del artista plástico español Eugenio Merino desató una ola de indignación y pedidos de censura. Always Franco (Siempre Franco) consiste en escultura realista del general Francisco Franco, dictador que usurpó entre 1938 y 1975 el gobierno español, metida dentro de una heladera exhibidora de la gaseosa que refresca mejor. En aquel entonces la Fundación Francisco Franco en España encabezó las protestas en contra de la obra de Merino, amenazándolo por haberse atrevido a meter a Franco en una heladera, considerando que un acto semejante atentaba contra "el sentido de la estética y el arte" y hasta se atrevieron a decir que los humanos no pueden "caer tan bajo".
Claro que España no tiene el monopolio en materia de estigmatización de artistas incómodos. Basta recordar las reiteradas manifestaciones en contra que provocó La civilización Occidental y Cristiana, obra emblemática del extraordinario artista plástico argentino León Ferrari, en la que una figura de Cristo se encuentra crucificada sobre el fuselaje de un avión de la fuerza aérea estadounidense. El punto más alto de los ataques que Ferrari sufrió por su obra se dio durante la retrospectiva que le dedicó el Centro Cultural Recoleta durante el año 2004, cuando el por entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, hoy mejor conocido en todo el mundo por su rol al frente de la Iglesia Católica bajo el nombre de Francisco, llegó a calificar a la muestra como "una blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad" a través de una carta pastoral dirigida a los sacerdotes y feligreses, en la que también los convocaba a realizar "una jornada de ayuno y oración" para que "el Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad".
Respecto de la muestra "La bestia y el soberano", en la Web del MACBA se explica que: "Esta exposición exploraba cómo las prácticas artísticas contemporáneas cuestionan y deshacen la definición occidental y metafísica de la soberanía política: el modo en que estas proponen maneras de entender la libertad y la emancipación que exceden el marco de la autonomía individual, así como la forma moderna del Estado-nación." También se explica que el nombre de la muestra está tomado del "título del último seminario impartido por Jacques Derrida en 2002-2003, dedicado a analizar los límites de la soberanía política en la tradición metafísica." En ese mismo texto, firmado por los curadores de la muestra, se explica que "la bestia y el soberano encarnan, para el filósofo francés, las dos figuras alegóricas de lo político que se han situado históricamente más allá de la ley: la bestia supuestamente desconocedora del derecho y el soberano cuyo poder se define precisamente por su capacidad de suspender el derecho".
En cuanto al levantamiento puntual de la muestra, en otro texto colgado en la página de la institución se intenta dar una explicación que no termina de aclarar nada. "Hoy (por ayer, jueves) habríamos abierto al público la exposición "La bestia y el soberano". Desde el MACBA lamentamos profundamente que esto no haya sido posible ya que, al fin y al cabo, a quien perjudica es a nuestro público y a nuestra permanente vocación de servicio. Es difícil entender y compartir algunas decisiones. Y también es difícil explicarlas serenamente en la vorágine mediática que estamos viviendo. Estamos seguros de que encontraremos el espacio y el momento para compartir el debate que sin duda se genera después de una situación como esta." Por su parte, el cuerpo de curadores expresó de manera pública y tajante su posición respecto del levantamiento de la muestra: "la decisión del director del MACBA pone en peligro no sólo esta exposición en concreto, sino que revela el funcionamiento no democrático de una institución cultural pública". 

Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo

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