jueves, 28 de noviembre de 2013

TELEVISIÓN - "Fantasmagorías", de Mercedes Moreira: Asustando niños

Basta enterrar un poco las manos en el barro de la memoria para confirmar que no hay emociones más intensas y de impresión más persistente durante la niñez que el miedo y la risa. La infancia es el único momento en la vida en que cualquier morisqueta provoca carcajadas y todas las sombras (incluidas las chinescas) producen terror. Por eso no sorprende que Fantasmagorías, una serie animada pensada para chicos y preadolescentes, haya elegido de forma oportuna combinar ambos elementos. Producida por el estudio de animación Eucalyptus, con dirección de Mercedes Moreira y las voces de Peto Menahem, Sebastián Wainraich, Julieta Pink, Malena Pichot, Kevin Johansen, Favio Posca, Nazareno Anton, Tomás Ross, Lucas Hollrigl y Francisco Madoery, Fantasmagorías recupera y aprovecha una estética del terror que tanto tiende puentes con el modelo clásico del cine estadounidense, como con los trabajos de Narciso Ibáñez Menta, maestro indiscutido del género en la Argentina. Una idea que los chicos sin dudas disfrutarán entre sobresaltos y risitas nerviosas.
Surgida del Plan de Fomento TDA, a través del primer concurso para series animadas de INCAA TV, Fantasmagorías se emite los martes a las 20 por la plataforma de Contenidos Digitales Abiertos (CDA) y sus cuatro capítulos iniciales forman parte de los contenidos del Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (BACUA). “Hacía tiempo queríamos hacer dibujos animados a nuestra manera”, dice la directora Mercedes Moreira. “Fantasmagorías es el primer proyecto de un grupo de artistas que en paralelo a su lanzamiento también está logrando consolidarse como estudio de animación”, agrega. “Fue un proceso creativo intenso, realizado con mucho trabajo y dedicación por parte de todo el equipo de Eucalyptus, y el puntapié inicial para consolidarnos y seguir creyendo y confiando en el desarrollo de nuestras ideas.” Pero Moreira sabe que la serie representa un primer paso y por eso anuncia que van por más. “Ahora estamos empezando la pre-producción de nuestro primer largometraje, El Patalarga, con la misma estética y formas de la serie, siempre pensando en el público infantil”, adelanta la diretora y lanza una afirmación que casi suena a amenaza: “Será una historia fantástica con algo de suspenso y terror que sé que a los niños les va a encantar”.

-¿Cómo es hacer animación en la Argentina? Porque se trata de un género que existe pero no es muy difundido, ni cuenta con muchos espacios para exhibirse.  
-Bueno, eso esta cambiando. Cada vez hay más posibilidades en la Argentina para producir animación de calidad. Cada vez hay más apoyo del INCAA, técnicos más capacitados, más escuelas especializadas, creativos más experimentados y más posibilidades de coproducir con el exterior.
-¿Y por qué encararon un proyecto infantil basado en los códigos del terror? ¿No les preocupa andar asustando chicos?
-Me anime a encarar un proyecto de terror para chicos recordando que lo que me causó terror de niña eran obras que no me subestimaban y buscaban hacer asustar en serio. Uno de chico siempre se asustaba cuando lo que veía era un poco más elevado de lo que tenía permitido ver, porque el terror es naturalmente transgresor. Desde esa misma base me planteé narrar las historias de Fantasmagorías.
-Aunque no es nueva la fascinación de los chicos con el terror, ¿por qué creés que actualmente hay tantos productos que interpelan a los chicos desde el miedo?  
-No creo que haya tantas. Lo que si hay son muchos productos para niños donde los personajes son de terror, o la estética es oscura por decisión artística, pero no necesariamente hay terror en su temática, su narrativa y su intención.  
-Tu trabajo con Fantasmagorías parece apoyarse en la relación eterna del miedo y la risa, ese juego de causa y efecto que provoca que inmediatamente que uno se asusta no pueda evitar reírse. ¿Es inevitable que el susto y la risa se toquen?
-Esa mezcla de géneros fue buscada. De hecho hay un capitulo que tiene por protagonistas a cuatro grandes del humor y el stand up: Sebastián Wainraich, Peto Menahem, Julieta Pink y Malena Pichot. El terror en sí es un género absurdo y me pareció interesante darle también ese lugar, particularmente desde las actuaciones.  
-¿Fue difícil contar con un reparto de actores y artistas reconocidos que aceptaran ser parte del proyecto?  
-Esa parte en realidad fue muy fácil. Enseguida todos se coparon con el proyecto y fue muy lindo en lo personal, porque todos los actores que convoqué son artistas a los que admiro un montón. Fue genial haber tenido la posibilidad de trabajar con ellos.  
-¿Tuviste oportunidad de ver personalmente como responden los chicos frente a los episodios? ¿Cuál es tu episodio favorito?  
-Pude verlo y también saber a través de hijos de amigos. Fue hermoso ver como se copaban con la serie. Mi capítulo favorito creo que es Villa Santa Marta, donde los personajes entran a un pueblito perdido del que no pueden salir. Aunque en realidad me copan todos. Los chicos se copan con los capítulos donde hay niños, y las niñas con los de chicas. El vínculo que hacen cuando los protagonistas tienen su edad es inevitable. Fantasmagorías es una serie donde cada capítulo es una historia diferente, y no tiene continuidad. Esto hace que haya un poco para todos.
-¿Cuáles son los objetivos que se plantearon con Fantasmagorías? ¿Piensan hacer más episodios?  
-El objetivo fue hacer una serie de terror para pre-adolescentes con un estilo propio, que identifique e instale a Eucalyptus como estudio de animación. Y si, claro, pensamos hacer más capítulos, para seguir creciendo con el estudio y sus futuros proyectos. 

Para ver Fantasmagorías presionar ACÁ

Artículo Publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino. 

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