viernes, 5 de octubre de 2012

CINE - Maradona, Medico de la selva, de Martín Serra: Maradona olvidado

No siempre se puede ni se debe juzgar a las películas con la máxima severidad. Mejor aun, lo que es válido para algunas es irrelevante para otras, porque en la mirada sobre el cine no hay ecuaciones matemáticas ni valores absolutos. Tener en cuenta esa plasticidad crítica es importante a la hora de ver un documental como Maradona, médico de la selva
, dirigido por Martín Serra, en donde el contenido supera por mucho su propuesta formal. No es que haya en su forma algo reprochable (simplemente se trata de la reutilización de herramientas clásicas del cine documental, como las cabezas parlantes y el material de archivo, para contar una historia de vida desde los testimonios directos), sino que el valor del personaje que retrata este film es tan superlativo que minimiza aquella falta de innovación y originalidad. Porque si una impresión queda luego de ver la película, es que aquello que se conoce de la propia historia reciente es bien poco, y que algunos personajes que merecen un lugar destacado son, para la mayoría de sus compatriotas, simples desconocidos. En ese rescate del doctor Esteban Laureano Maradona se encuentra el mayor de los valores que sostienen y justifican a este trabajo documental. El relato comienza donde y como corresponde, con una cámara que avanza en medio del paisaje selvático, donde nunca alcanzan a verse indicios de presencia humana. Casi de inmediato, la imagen de la tumba sencilla y solitaria del doctor Maradona, que murió en 1995 a los 100 años de edad, en Rosario, donde apenas se conservan algunas flores secas. La metáfora perfecta para comenzar a hablar de un hombre olvidado. A partir de allí, Maradona, médico de la selva traza un arco completo para contar la historia de este hombre que trabajó durante más de 50 años en las zonas selváticas de la provincia de Formosa, atendiendo en condiciones de extrema miseria a las comunidades de pueblos nativos de la zona, de cuyos derechos fue un permanente defensor. La película recuerda que por esa labor, Esteban Maradona fue propuesto en varias oportunidades al premio Nobel de la Paz, y que el 4 de Julio, la fecha de su cumpleaños, fue declarado Día Nacional del Médico Rural. Pero no sólo eso: el film cuenta detalles de su vida que tienen aristas si no mitológicas, al menos épicas. Es el caso de su participación en la Guerra del Chaco Boreal como médico de campaña del ejército paraguayo, al que fue unido compulsivamente cuando buscaba asilo en la república vecina, por haberse manifestado en contra del golpe de Estado con el que Uriburu derrocó a Yrigoyen. Los testimonios de quienes lo conocieron, desde su juventud hasta los últimos días, aportan un relato todavía vivo, donde se conjugan el orgullo, la admiración por su trabajo y la tristeza resignada de quienes comprenden que se ha perdido un hombre inigualable. Una pérdida que este olvido, que la película de Serra intenta reparar, ha multiplicado por dos. Pero Maradona, médico de la selva se permite además el lujo del humor. Ahí está la entrevista para televisión que le hizo Susana Giménez, dónde la diva telefónica intenta tratar al médico insigne (que por entonces ya bordeaba sus 100 años) como a un simple abuelito, elogiándole el saco que llevaba puesto, en lugar de aprovechar a la figura que tenía delante. Maradona, con una sonrisa, le responde "¿Y cómo se ha fijado usted?" Detalles que sirven para retratar la lucidez de un hombre al que se le debe dar un lugar visible en la memoria colectiva. Y eso es lo que el film intenta.

Se proyecta en los cines Gaumont (Rivadavia 1635) y Artecinema (Salta 1629).  

Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.

1 comentario:

  1. hola! soy una investigadora y estritora italiana tengo este contacto gracias a un amigo común en mi universidad. ¿
    como puedo partecipar en el blog con mis artículos?

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