jueves, 16 de agosto de 2012
CINE - Buenas noches, España, de Raya Martin: La narrativa lúcida
Desde ayer, el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina albergarán, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, el estreno de Buenas noches, España, el largometraje más reciente del realizador filipino Raya Martin, que tuvo una exitosa premier internacional en la edición 2011 del festival de cine de Locarno, en Suiza. La película está articulada en cinco episodios independientes que desarrollan cuatro temas: una historia de amor; el colonialismo de los españoles en Filipinas; los viajes, que tanto incluyen los geográficos como astrales o lisérgico; y el metacine. En otra vida, una pareja de españoles se droga y se teletransporta a través de su aparato de televisión. Un joven con problemas viaja por el campo y conoce a una mujer perdida. Durante el viaje, descubren un museo que alberga las pinturas del artista expatriado filipino más importante de la revolución. Finalmente, la pareja española desaparece.
Raya Martin, es uno de los directores más prestigiosos e innovadores de su generación. A pesar de su juventud –nació en Manila en el año 1984- Martin ya cuenta con una importante filmografía, no sólo por cantidad sino por la calidad demostrada en cada uno de sus trabajos. A pesar de las diferencias entre ellos, tanto en lo estético y lo formal como en los universos narrativos que recorren, puede adivinarse cierta familiaridad entre su obra y la de otros directores como el tailandés Apichatpong Weerasethakul o el argentino Lisandro Alonso. En principio, los tres son hijos dilectos del Festival de Cannes, el más importante del mundo, en cuyo ámbito los tres participaron casi con la totalidad de sus películas, llegando el tailandés a ganar la codiciada Palma de Oro en 2010, con la celebrada El hombre que podía recordar sus vidas pasadas. Más allá de ese detalle -que no es menor, en tanto Cannes supone en líneas generales una idea y una forma muy puntual de interpretar la estética y el lenguaje cinematográfico-, las películas de Martin, Weerasethakul y Alonso comparten una mirada extraña de la realidad, que siempre aparece desbordada. En el caso de Alonso, ese desborde obedece a un realismo tan abrumador (ver La libertad, Los muertos y Liverpool) que inevitablemente acaba invadido de ficción por simple contigüidad, por aquello de que los extremos se tocan. Aunque el procedimiento no resulta nunca una operación sencilla de realizar con éxito, el director argentino ha demostrado su capacidad para convencer al espectador de lo contrario. Más afines todavía resultan los trabajos del director tailandés y los de Martin (como así también Fantasma, tercera película de Alonso), en las que esa contaminación entre lo real y lo ficticio opera de un modo más evidente, directamente en la pantalla. Para ello los directores suelen echar mano de recursos que también parecen opuestos, pero que insertados en los universos cinematográficos que ellos crean, acaban siendo en realidad complementarios, como las mitologías de sus pueblos y la tecnología. Si en El hombre que podía recordar sus vidas pasadas podían convivir en perfecta armonía los espíritus ancestrales con monjes que miran televisión en un cuartucho de hotel, Buenas noches, España opera una combinación similar, en la que los vestigios de la colonización española se cruzan literalmente con teletransportaciones deudoras de lo alucinógeno y la psicodelia. Trabajos que se proponen a la vez como un placer y un desafío para los espectadores que decidan aceptar el reto.
En 2010, la Sala Leopoldo Lugones realizó una retrospectiva completa de la obra de Raya Martin y estrenó su film Independencia. Con este nuevo estreno, la prestigiosa sala del Teatro San Martín continúa difundiendo la filmografía de este joven realizador, autor de una de las obras más radicales y sugerentes del cine contemporáneo.
Buenas noches, España se proyecta en la sala Lugones (Corrientes 1530) en 15 únicas funciones, del martes 14 al miércoles 29 de agosto, a las 22 horas.
Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.
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