domingo, 8 de mayo de 2011

ENTREVISTA - Iván Fund y Santiago Loza, directores de la película Los labios.

Los labios, la película que dirigieron a dúo Santiago Loza e Iván Fund, es una de las más importantes del año pasado y se estrena recién ahora, luego de un intenso itinerario por festivales. Un camino que tuvo su cúspide en el premio a mejor actriz otorgado en conjunto a las protagonistas Adela Sanchéz, Victoria Raposo y Eva Bianco, en la sección Un Certain Regard del festival de Cannes. Se trata del primero que recibe el cine argentino en el festival más importante del mundo, desde los obtenidos por Pino Solanas hace más de 20 años.
La película ocurre en la intersección de ficción y documental (ver recuadro). Algunos de sus personajes son representados por la gente del pueblo de San Cristóbal donde se rodó. Personajes que tal vez para el espectador se parezcan demasiado a la realidad (o a las fantasías respecto de determinados estereotipos de realidades que en verdad se desconocen). Sin embargo, para los directores ese cruce, esa mutua asimilación de realidades y fantasías, nunca representó un problema. “Nunca lo sentimos como un límite, porque sabíamos lo que no queríamos que fuera la película en lo ético y en lo estético”, afirma Fund. Loza, su compañero, agrega que “todo lo que iba apareciendo trascendía la simple exposición, que cada persona que aparece como personaje tiene una entidad dramática y una identidad. Y la película se toma el tiempo para retratarlos como individuos”. “No había posibilidad de una mirada miserabilista ni ofensiva”, completa Fund.

–¿Creen que Los labios es una película política?
Loza: –Sí, pero no es cine político ni social, no es una película de denuncia. Hay política, pero desde una zona muy íntima.
Fund: –Hay una médula que tiene que ver con otra cosa.
Loza: –Si es político hablar de la ternura, entonces es una película política. Pero desde ella no se propone ningún tipo de solución.
–Está claro que no es una película militante.
Fund: –Si por militancia se entiende creer, tener fe en algo, entonces sí. Fuimos a buscar algo, a ver si existía, y eso aparece en el film.
Loza: –Pero no es coyuntural: no se refiere a algo que pasa aquí y ahora. De hecho el cuentito de las forasteras que van al paraje alejado y terminan siendo parte de ese lugar, es algo que puede pasar ahora, hace 50 años y seguirá pasando. No tiene que ver ni con el gobierno actual ni con una idea política concreta.
–Cómo funcionó la experiencia de cruzar dos miradas estéticas como la que pueden tener cada uno individualmente.
Fund: –Ocurre que tenemos una amistad, y empezamos a trabajar en Los labios hace cuatro años.
Loza: –Cuando llegó el rodaje no sólo habíamos escrito un guión: también habíamos hecho apuntes en contra del guión, lo habíamos refutado. Entonces cuando empezamos a rodar ya había una profunda confianza, la necesaria para renunciar o aceptar lo que el otro puede proponer.
–No hubo necesidad de chocar.
Loza: –No: chocamos siempre; pero en el rodaje no tanto, porque había que actuar. Pero claro que tuvimos diferencias y hubo mucha discusión.
Fund: –Si bien puede ser que cada uno tenga caminos distintos, fuimos para el mismo lado.
Loza: –Las miradas estéticas son distintas y en la película está esa puja.
–Hay una escena en la cual las protagonistas se alejan por un camino y un nene las sigue y se va de la mano de una de ellas. Esa escena define con precisión el cruce entre realidad y ficción que ocurre dentro de la película. ¿Con qué premisas se manejaron para guiar eso?
Fund: –La premisa era permitir que sucediera.
Loza: –Aceptar que pudiese suceder.
Fund: –De hecho esa es una de las escenas que sucedió naturalmente.
–Y se nota.
Loza: –Después hay un trabajo enorme de edición de Lorena Moriconi, pero la base de eso estuvo en permanecer abiertos.
Fund: –Fue necesario no sólo construir, sino permitirnos recibir, estar atentos. Sobre todo las actrices.
Loza: –Sentimos que a veces el mundo se abría generosamente hacia nosotros. Pensar que toda esa gente que colaboró no había tenido ningún contacto anterior con el cine, ni con la construcción de la ficción. Y respondieron con una naturalidad que a veces no encontrás en muchos actores. Estaban en sintonía con algo de lo que buscaba la película.
–Eligieron tres protagonistas mujeres. ¿Por qué necesitaban contar la historia desde lo femenino?
Loza: –Nunca hubo otra opción, nunca lo cuestionamos. No hubo una decisión al respecto: para nosotros siempre fueron mujeres.
Fund: –Después uno empieza a encontrar motivos o explicaciones. Podíamos sospechar lo que eso podía significar y después empezaron a aparecer reflexiones que venían a completar lo que ya estaba dado.
Loza: –También está la cuestión del título, Los labios, que nos gustó siempre.
Fund: –Porque tiene que ver con lo sensorial, con una forma de contacto con el mundo. Claro que hay un universo muy femenino, pero trasciende la cuestión de género.
–Aunque cada uno tiene su carrera, por recorrido, por trascendencia, por difusión, Los labios tal vez sea la película más exitosa de ambos.

Loza y Fund se miran, dudan. No parecen contentos con la observación.

Fund: –Si por exitosa se entiende ganar un premio en Cannes: seguro, sí. Pero yo no me puedo quedar en eso. Está buenísimo, pero no.
Loza: –Ojalá se repita eso, pero el verdadero éxito es que la película exista.


Artículo publicado originalmente en la sección Cultura de Tiempo Argentino.

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